Manuel García sigue siendo la sorpresa. Si bien su centro no se escapa, su eje se mueve un poco para seguirnos mostrando a Manuel García, en su propio mundo, en su concepción musical, cada vez -me permito decir- más acabado, cada vez más logrado. Manuel García sigue siendo su propio yo creativo, acompañado, cruzado y modelado por su hacer, por su viajar, por su buscar y su enganche con lo que lo rodea y lo nutre, y que a la vez el construye y modela. Manuel García ya se hizo más libre en témpera, para soltarse aún más en S/T, y evidenciar sus placeres y gustos, sus historias como aquella de “Catalejo”, que tanto tiene que ver con su origen, o con “Reloj”, aquel tema que tantas veces he escuchado en vivo, y que en esta oportunidad el compositor es capaz de darle una nueva vuelta, que lo deja en su nuevo status musical, que lo hace más tenue y más inquietante.
Todo eso es lo Manuel García ha logrado, que si bien en vivo muchas veces no se nota tan directamente, en el disco se refleja a plenitud, no hay conformismos, no hay facilismo a repetir, no hay pruebas ya logradas y vueltas asumir, sino que hay búsqueda, hay logros creativos por buscar y encontrar, y hay un asumir como un alguien aquí y ahora, y que alucina “mezclando los recuerdos con cosas que aún no suceden”, y que rinde homenajes y que no le teme a que sus estructuras musicales puedan sonar más simples, pero que son muy ricas por su diversidad, por su divergencia y por el todo que reflejan. El mismo que le permite cruzar temas propios y ajenos bajo su óptica.
Es un disco también que tiene que ver con toda la historia musical de Manuel García, que lo liga con Mecánica Popular -con el ejemplo de La Terrible Canción Nº1-, con lo que ha mostrado en vivo y con esas líneas que están en Pánico y en Témpera, y que siguen estando en Manuel García y en nuestra música popular.
Manuel García
S/T
Oveja Negra
(P) 2010
Por Jordi Berenguer
Onda Corta