En la entrada principal del Antiguo Colegio de San Ildelfonso, un voluminoso corazón depositado sobre el suelo recibe al visitante.
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Se podría decir que la pieza, titulada «Ofrenda» (O»Ofelbés, E., 2025) es un corazón esculpido en jaspe potosino, a lo largo de 12 años, por Eduardo Olbés.
Pero de acuerdo del testimonio de este artista, la forma de la escultura no estaba prefigurada desde el punto de partida del proceso escultórico, sino que la anatomía se le fue «revelando» gradualmente, a lo largo de un método de trabajo que el creador define como «tallar y callar».
Ese corazón, dice el artista Eduardo Olbés, es su ofrenda. Una ofrenda más, un corazón más, de los miles que a lo largo de los siglos se han ofrecido en esas calles, que son consideradas el corazón de la ciudad que es a la vez la válvula que se regula el flujo de la sangre a un país de 110 millones de habitantes.
Filipino de nacimiento, Olbés -hoy de 74 años- cumple en 2025 medio siglo de habitar la República Mexicana. Y cuando se revisan las raíces simbólicas de muchas de sus esculturas, en cuya morfología se hacen evidentes formas ancestrales y también modernas de cosmovisiones mexicanas, se hace evidente que La República Mexicana es habitante, a su vez, de Eduardo Olbés.
En su discurso del 8 de Febrero, durante su intervención presencial en la Semana del Arte 2025 de la CDMX, el escultor confesó.
«Este año cumplo 50 años llegué a México y por fin llegué. Ahora pongo mi corazón aquí, encima de lo que era el Templo Mayor. Es una ofrenda a todas las ofrendas y corazones que pasaron por aquí antes. Para mí, resuena profundamente».
Así lo registró un comunicado publicado por Secretaría de Cultura Federal, que también compila parte de la alocución del director ejecutivo de San Idelfonso, Eduardo Vásquez Martín, quien puntualizó:
“A nuestros pies siguen existiendo los basamentos del Templo Mayor. Este espacio no está junto al Templo, está sobre él. La idea de que un artista nos regale la oportunidad de poner el corazón sobre el Centro de la ciudad de México, de hacer de esto una ofrenda a todos los corazones que han latido o han dejado de latir aquí, nos pareció un acto de justicia poética «
A su vez, la curadora María Vinós, pareja y colaboradora desde hace 5 años en el camino artístico del escultor, planteó una provocadora reflexión sobre el papel del corazón en todas las esferas del quehacer humano.
» El corazón en la boca, el corazón en la mano, el corazón roto. ¿Qué es el corazón para ti?»
Respecto al posible impacto en la emotividad y los marcos de referencia del espectador, el escultor Eduardo Olbés lanza esta advertencia: «Les va a dar miedo. No hay distinción. Un corazón es un corazón, sea de un mexicano, un sueco o un chino. Todos latimos igual.
El corazón de Eduardo Olbés estará expuesto en horas hábiles al público en el Palacio de San Ildefonso, sito en la calle Justo Sierra #16 (Cdmx) hasta el 9 de marzo de 2025.
FOTOGRAFÍA: ESPECIAL
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