Con obras como Chair, Table y Hat Stand (1969) el artista se convirtió en el más odiado entre las feministas por la creación de mujeres objetos.
En las tres esculturas vemos a mujeres de silicona, creadas a escala humana, que se encuentran en posiciones incómodas para volverse una pieza de mobiliario, con elementos fetichistas y de sadomasoquismo. La controversia que generaron estas obras no fue para bien, y surgieron en un momento en que las feministas estaban adquiriendo tanta fuerza que demolieron con sus argumentos la joven propuesta del artista.
“Lo único que pretendía era calibrar lo que era o no aceptable como arte” , dijo en su defensa Jones.
Tiempo después, durante una exposición de las piezas en la Tate Gallery, inclusive una de ellas sufrió un atentado por parte de una feminista radical que arrojó sobre ella disolvente de pintura. Aún así, adquirieron popularidad y éxito en los sesenta, y estrellas de cine y la música de la época compraron ejemplares para decorar sus casas.
Las esculturas que aparecen en la película La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, las esculturas humanas que aparecen en el Milk Bar están inspiradas en la trilogía de Jones.
Se ha defendido la obra de Jones como un cuerpo de trabajo que plasma como los hombres ven y piensan o reducen a las mujeres, y no como una obra que trate de las mujeres o las discrimina. “Pienso en mí mismo como un feminista”, declaró Jones en una entrevista para The Guardian, además de aclarar que su intención siempre ha sido jugar con la figura humana y reflejar cierto estado de malestar cultural general.
Durante su trayectoria artística, también enfundó a una muñeca de tamaño real, réplica de Kate Moss, en una segunda piel dorada donde llaman la atención los pezones erectos, característica física que le ha dado a muchas de sus obras.