El teatro, el cuento y la voz de los desarraigados en su escritura

El autor tenía solo 25 años y presentar una de sus obras en el palacio de Bellas Artes era lo mejor que le podía suceder

El teatro, el cuento y la voz de los desarraigados en su escritura

Autor: Flor Coca

La palma que en el bosque
se mece gentil
tu sueño arrulló,
y un beso de la brisa
al morir de la tarde
te despertó.

La canción es una habanera y era la preferida de Leonor, una mujer pobre, que tenía como únicas alegrías en la vida 3 cosas: regar diariamente sus plantas, mirar las estrellas con su nieto y recordar su vieja casa cerca del río.

Encontré en mi librero un volumen un poco envejecido por el tiempo, que es una antología del cuento mexicano, realizada por María del Carmen Millán. En esta participan autores de la talla de José Emilio Pacheco, María Amparo Dávila, Juan García Ponce, Juan Rulfo y más brillantes escritores mexicanos.

Desde que lo leí la primera vez, me conmovió profundamente un cuento de Emilio Carballido, ese escritor nacido en Córdoba, Veracruz, el 22 de mayo de 1925 y que perteneció a la llamada generación de los años cincuenta. Un escritor que escribió novela, cuento y obras de teatro, por las que es considerado como uno de los mejores dramaturgos mexicanos, como comenta Anylú Ayala: “Víctor Hugo Rascón Banda señala que Salvador Novo “descubrió” a Emilio Carballido, cuando era joven. En 1950 el propio Novo dirigió Rosalba y los llaveros, una de sus primeras obras del escritor veracruzano; esta puesta en escena le dio impulso a su carrera y lo dotó de reconocimiento en el ámbito cultural del país”. El autor tenía solo 25 años y presentar una de sus obras en el palacio de Bellas Artes era lo mejor que le podía suceder. En la semblanza que escribe Carlos Rojas del escritor, él confiesa: “Escribir, es una comunicación profunda que uno mismo se hace o que proviene del exterior, no lo sabemos; es algo que muchos nombran inspiración, en fin, tiene muchos nombres… Pero nos damos cuenta que hay algo totalmente gratuito que no depende de la voluntad. Uno no escribe la obra que uno quiere, uno escribe la obra que se deja…» Emilio llegó siendo un niño de brazos a la capital de la república y los barrios en que se desarrolló fueron la lagunilla y Santo Domingo. Para Carballido, que formaba parte de una familia en la que la abuela, su mamá y sus tíos escribían, era lo más natural hacerlo, ya que era un lector incansable.

Las pláticas con su abuela eran para él fantásticas y con su creatividad, fue ensanchando historias que contar y dar vida a los personajes en el teatro.

Cuando estaba inscrito en la Universidad Nacional para cursar la carrera de Derecho, conoce el teatro de Xavier Villaurrutia y se convence de que esa será su carrera y durante sus clases, comienza a escribir obras de teatro. La primera de ellas fue un éxito en su presentación. A partir de ahí, se convertirá en un pilar del teatro mexicano. No solo fueron presentadas en teatro sus obras, algunas de ellas se convirtieron en películas como: Rosalba y los llaveros, La danza que sueña la tortuga, El Censo, Orinoco, Rosa de dos aromas y su novela Las visitaciones del diablo. Fue además un cuentista extraordinario, su conmovedora historia de la vida de Leonor, llamada La Desterrada, es uno de sus cuentos entrañables.

En él se narra la historia de una mujer cuyo único sueño es regresar a la casa del río, ya que su familia, hija y 2 nietos, viven en una vieja vecindad de la Ciudad de México. Una vivienda pobre en la que Leonor canta bajito para no molestar a los vecinos y riega sus plantas, único adorno colorido del lúgubre pasillo. La vida de ella no tiene sorpresas, hasta que llega un viaje a su querido pueblo, el que siempre añora y del que cuenta a su nieto todas las maravillas de un río, la vegetación, las calles.  Cuando llegan a ese pueblo, Otatitlán, el desencanto se nota. Los cambios en el paisaje son demasiados para sus recuerdos. Y el niño, no encuentra en ese pueblo, las maravillas contadas por su abuela en las noches, antes de dormir y de regar con sigilo las plantas para que las gotas de agua no cayeran en la vivienda de abajo y oyera sin parar los insultos de la esposa y los hijos del capitán. Sus plantas. Desde pequeña sentía fascinación por ellas al vivir en un lugar lleno de vegetación.

Emilio Carballido fue un autor que se hizo merecedor a premios y reconocimientos en su larga vida. Fue también director de la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y docente y subdirector de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana.

En Xalapa, cada año se realiza un festival teatral para recordar al gran dramaturgo. En este se presentan sus obras. Carballido no fue solo en México importante en el teatro y la literatura. Sus obras fueron traducidas a diferentes idiomas y presentadas en países como Bélgica, España, Francia, Alemania, entre otros. Fue fundador en 1975 de la Revista Tramoya, que estuvo dedicada al teatro.

Emilio Carballido muere el 11 de febrero de 2008 y recordando a la protagonista de su cuento, Leonor, al regresar de su viaje a Otatitlan, decide regalar y vender todas sus plantas, una de las alegrías que daban sentido a su vida, por qué lo hizo? Talvez fue tan fuerte la tristeza de no encontrar su pasado en su casa del río, la que la hizo perder la esperanza. Su nieto pregunta: Abuela, ¿cuánto dura una estrella?, ¿Cuánto dura una planta? Y ¿uno?…

Vamos a dormir, hijito. Ya es muy tarde.

Invierno de 2021-2022

Ilustración: Iván Castillo

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