El teatro que fue llamado “de barricada” o “de compromiso”, propio de expresiones de resistencia social, configuró su existencia en torno a lo que, como paradigma, se presentó como teatro político. La politicidad del teatro latinoamericano de los años sesenta y setenta, comprometido con la defensa contra la opresión más que con los parámetros estéticos, se diluyó endémicamente al igual que los proyectos revolucionarios de la región.
Años de férrea dictadura cimentaron el desosiego crónico de las artes, ya escépticas en democracia, aferradas al horizonte comercial o, en el mejor de los casos, ensimismadas con las temáticas “de autor”. Sin embargo, siempre han existido expresiones artísticas comprometidas con el cambio social, incluso cuando las condiciones materiales no han sido solidarias; la compañía “La Junta” es una de ellas.
Nacida en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica, la formación de “La Junta” está íntimamente relacionada con el montaje y desarrollo de su primera obra, “El Once”. En términos dramáticos, de historia, se trata sobre cuatro escolares que se reúnen en un sótano o bodega de su colegio para realizar un trabajo sobre el 11 de septiembre del 73’, y este es el pie forzado que desarrolla y confronta diferentes posturas sobre el hecho histórico y a partir de él, del modelo económico vigente, de las posibilidades de hacerle frente, de cómo organizarse (y la necesidad de hacerlo) y la influencia de los medios de comunicación en la percepción que tenemos de la realidad. Es un diálogo entre estudiantes que intentan comprender cómo y porqué llegamos adonde ahora estamos; se mira hacia atrás para enfrentar el presente y vislumbrar un futuro.
Juan Pablo Troncoso, dramaturgo y director de la obra, señala que “la idea de la obra se nutre fundamentalmente de la certeza de que las leyes y los sistemas están para ser transformados, o abolidos, y de una fe enorme en lo que pueden hacer las nuevas generaciones y toma como `hecho fundacional´ de lo que ahora vivimos, el 11 de Septiembre del 73, momento a partir del cual se empieza a construir todo el entramado político, económico, social que hoy nos aqueja”.
La compañía en general y la obra en particular, buscan desdoblar el tradicional público del arte, acostumbrado a una relación especular entre los propios actores. Además, la intención de aunar un espectro artístico importante comprometido con el universo político y social. En ese sentido, Gonzalo Venegas, actor de “El once” y miembro de la compañía, percibe la “falta de un horizonte común y radical, donde el arte sea un vehículo de transformación social efectivo, más allá de expresar sentimientos, vivencias y problemas. En ese sentido, el teatro comercial y el de autor o de introspección, con todo el respeto que se merecen, no me parecen “tácticas” adecuadas, ya que finalmente trabajan para el enemigo”.
Con ”El Once”, la compañía se presentó en el verano en Los Ángeles, en el Festival Bio Bio Teatro Abierto, invitados por la agrupación “Perfiles y Siluetas” y recientemente en el “Encuentro Interescuelas” en la Universidad de Chile. En octubre, participarán en el “Festival de Dramaturgia Joven”, en el Teatro UC y luego en noviembre viajarán a México para presentar la obra en la Unam, en el Festival Nacional de Teatro Universitario donde por primera vez se invitan a grupos extranjeros.
Por estos días, “La Junta” está ensayando una nueva obra, “El Hijo de Madonna”, escrita y dirigida por una integrante de la compañía, Camila Celis. La obra se estrena el proximo viernes 13 de agosto en el Centro Cultural N’aitun (Compañía 2820), metro Quinta Normal, barrio Yungay.
Por Sebastián Fierro
El Ciudadano