La literatura está sujeta a los vaivenes de la moda. Ciertos textos y autores se vuelven imprescindibles en las discusiones de determinada época, para ser, pocos años más tarde, reprobados y hasta ignorados. Esas aproximaciones y rechazos juegan un papel decisivo en la formación de las corrientes de pensamiento de cada período.
Tales variaciones han favorecido y dejado en el olvido a la obra de Roberto Arlt alternadamente. A pesar de que sus Aguafuertes porteñas se publicaron con éxito en El Mundo hasta el 27 de julio de 1942, día de su muerte, sus novelas no recibieron la apreciación que merecían. Después de muchos años en que se lo consideró como un escritor para escritores, en 1950, Raúl Larra publicó una biografía de Arlt y reeditó sus obras poniendo de nuevo sus textos sobre el tapete. Desde entonces, sus libros infaltables en las listas de lecturas obligatorias de todo programa de literatura que se quiera serio, continúan atrayendo a nuevos lectores.
Hoy en día, en la 42.° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, se pueden comprar diversas ediciones de la obra de Arlt que está en este y aquel puesto, y posiblemente, como sucede cada año, sea uno de los autores que más vende. Quizás la causa del entusiasmo resida en ciertas semejanzas entre las circunstancias de los años 30 y las del presente. «Arlt es el más contemporáneo de nuestros escritores», ha dicho Ricardo Piglia, y es que las ansiedades provocadas por los avatares políticos actuales se hallan retratados en su producción.
Roberto Arlt creó una modalidad literaria que rompió con las tendencias entonces en boga. El juguete rabioso, Los siete locos, Los lanzallamas, los cuentos de El Jorobadito, El criador de gorilas y las numerosas obras de teatro que escribió, precedían y predecían lo que años más tarde caracterizaría al existencialismo literario. Sus textos presentan en un lenguaje nuevo, ambientes urbanos hasta entonces inéditos, en los que personajes deslucidos y conflictivos actúan «en la zona de la angustia». Toda su ficción se halla fuertemente anclada en la realidad. No es extraño pues que admiremos una estética de vigencia universal cuya observación y cuestionamiento nos parecen aún válidos. Por todo lo que Roberto Arlt significa en el campo literario, consideramos imprescindible dedicarle hoy una sección en el día de su nacimiento.