Un músico me preguntó si se notaba en algo las temporadas que la banda lleva por las europas. Y mi respuesta no fue muy clara, ya que tenía el concierto muy encima todavía, pero ahora con el paso de los días puedo considerar que los Pánico que se subieron a la tarima ya no son aquellos divertidos que trasteaban hace algunos años.
Ahora son un quinteto que se planta con una identidad, con una puesta en escena contundente, asaltada por una sonoridad bien ensamblada y una concreción relevante. Nada de tiempos muertos, de pérdidas de segundos y escasos momentos para tomar aire, todo se resolvió en una gran explosión o fogonazo generoso en volumen e intenciones.
Así los presentes pudieron escuchar aquello que querían, pudieron recrearse en esos temas del Subliminal Kill que ampliaron la popularidad de la banda, y perder el control –sobretodo aquel puñado junto al escenario- con el bloque seguido de “Que pasa wey», «Transpíralo» y «Anfetaminado». Una buena instantánea del momento actual de Pánico, del que muchas veces sólo se tienen las referencias de la distancia, pero que ahora se pudo disfrutar en vivo y en directo.
Club Amanda
Embajador Doussinague 1767, local 0027
Miércoles 24 de marzo
23:30 horas
5.000 y 6.000 pesos
Onda Corta
El Ciudadano