Exhiben en Austria una partitura de una ópera compuesta por Hitler

La muestra incluye objetos, cartas y pinturas que pertenecieron al dictador Nazi

Exhiben en Austria una partitura de una ópera compuesta por Hitler

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Una exposición que abrió sus puertas en Austria y que podrá verse hasta el mes de agosto de 2020, ofrece a los visitantes una faceta desconocida de Adolf Hitler.

De joven, el dictador nazi compuso una ópera, dada su admiración por el compositor alemán Richard Wagner.

Una partitura de este interrumpido proyecto titulado “Wieland der Schmied”, “Wieland el herrero” en español, se presenta por primera vez en el marco de la exposición sobre el “joven Hitler” que abrió sus puertas recientemente.

La exposición, titulada “El joven Hitler – Años de formación de un dictador: 1889-1914”, presenta hasta el 9 de agosto en la Casa de la Historia del Museo de Baja Austria en Sankt-Polten (nordeste), una serie de objetos que pertenecieron a Hitler o están vinculados con él, coleccionados por August Kubizek entre 1907 y 1920.

Entre ellos figuran cartas, postales escritas por Hitler, pinturas y croquis realizados por el futuro dictador. Hitler tenía veinte años.

Una exposición que abrió sus puertas en Austria y que podrá verse hasta el mes de agosto de 2020, ofrece a los visitantes una faceta desconocida de Adolf Hitler. Foto: Estampas.

Los inicios de la melodía ideada por el personaje fueron esbozados en un amarillento papel de música en 1908 por su único amigo de entonces, August Kubizek, que los conservó y transmitió a sus herederos.

Apenas había seguido cuatro meses de cursos de piano, lo que demuestra, según Christian Rapp, uno de los comisarios de la exposición, su megalomanía. “Hitler siempre sobrestimó sus capacidades”, explicó Rapp a la AFP.

Esta partitura es considerada como la única página superviviente de un ambicioso proyecto basado en la mitología germánica, que se parecía mucho a una obra inconclusa de Wagner, que lleva el mismo nombre.

Hitler, que nació el 20 de abril de 1889 en la localidad austriaca de Braunau-am-Inn, ignoraba tener talentos artísticos claramente inferiores a sus ambiciones.

Hannes Leidinger, otro comisario de la exposición, explicó que quienes conocieron a Hitler en sus primeros años lo hallaron “intransigente, indócil y agresivo”. Para Rapp, Hitler era “ya en su juventud una bomba”.

Además de trazar el recorrido personal de Hitler, la exposición explora la cara oculta de la Belle époque, es decir el contexto político y social de Austria al inicio del siglo XX.

La exposición intenta demostrar que aunque la modernidad emergía en Viena, en paralelo varios conceptos de la ideología nazi –racialismo, antisemitismo, militarismo– se propagaban en la sociedad austriaca.

Austria, anexionada por Hitler a Alemania en 1938, mantiene una relación compleja con su pasado nazi. Tras la Segunda Guerra Mundial, sus gobiernos sucesivos han presentado al país como “la primera víctima del nazismo”, negando la complicidad de varios austríacos con los crímenes de los nazis.

Se empieza a ejercer una mirada crítica a mitad de los años ochenta, con la candidatura a la presidencia de la República de Kurt Waldheim, un ex oficial de la Wehrmacht, que se declaró persona non grata al término de su mandato.

Pero también ocurre que en 1983 el Partido Austríaco de la Libertad (FPÖ), creado en 1956 y dirigido en sus primeros años por un ex oficial de la Waffen-SS, ingresa por primera vez en el gobierno. Luego dirigiría el país en coalición entre 2000 y 2005, y entre 2017 y 2019.

Los comisarios esperan que su exposición permita a los visitantes comprender cómo nacen los proyectos totalitarios.

“Hace falta tiempo para sembrar malas ideas en la sociedad, y mucho tiempo para que desaparezcan… Hace años que trabajamos en ello”, dijo Rapp.

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