Exposición del pintor que revolucionó el arte contemporáneo

Desde el 3 de julio hasta el 1 de noviembre de 2015, las obras de Basquiat se exponen en el Museo Guggenheim de Bilbao, en una de las citas más esperadas del año. Ahora es el momento se llama la muestra y explora algunos de los temas más importantes de la obra del artista, a través de unas cien pinturas y dibujos.

Presentar a Basquiat, a estas alturas, sería inútil, y decir que hay que ir a ver esta exposición, aún más, pues cualquier persona amante del arte contemporáneo esperó con ganas esta exhibición. Quizá, por dar algunas pistas, se pueden señalar aspectos de la vida que ayuden a comprender mejor al hombre que determinó la obra de infinidad de artistas jóvenes a lo largo y ancho del mundo.

Basquiat no hacía graffiti, ni óleo. Basquiat se expresaba pintando. Eso es lo que sabía hacer. ¿Dónde? Poco importa. // Sin título (Heladera), 1981.

Thánatos

Basquiat murió muy pronto, a los «malditos 27», de una sobredosis de heroína. Tal vez, la fama le llegó rápido y, sobre todo, le quedó muy grande. En sus últimos momentos, vivió muy cerca del artista Andy Warhol, de quien aprendió mucho y de quien fue muy amigo.

Eros

Nació y creció en el barrio de Brooklyn, en Nueva York, una zona característica por su ambiente artístico. Pero, además, su madre, puertorriqueña, era una diseñadora gráfica de gran prestigio profesional. Ya desde pequeño, él vivió en un clima familiar que propició el crecimiento de su personalidad artística.

Con 16 años, entró en el colegio para superdotados City-As-School, pero fue expulsado por actos rebeldes. Al año siguiente, se marchó de casa y estuvo más de dos años viviendo en la calle, en edificios abandonados. Mientras, se ganaba la vida vendiendo postales y camisetas que él mismo diseñaba.

Basquiat y su amante Madonna, que entonces tenía 35 años y era una cantante desconocida.

El graffiti

Basquiat no fue un grafitero, así mismo lo aclaraba él de forma constante. Simplemente, sucedió que su material de trabajo era el aerosol. El mundo de la subcultura de Nueva York lo introdujo en un ambiente de drogas, pero también de la zona del Soho, conocido —entre otras cosas— por sus grafiteros, en los vagones del metro, lo que influyó directamente en la obra de Basquiat.

Su arte se encuentra invadido por símbolos, imágenes y textos que pueden, o no, mantener relación entre sí. En muchas ocasiones, Basquiat se limitaba a pintar conforme recibía visitas en su estudio y conversaba con ellas.

Curiosidad

Según el prestigioso portal económico de Bloomberg, los precios de las obras de este pintor siguen en ascenso, y sus ventas anuales oscilan entre los 170 millones de dólares en las distintas subastas. Un solo cuadro de Basquiat, como es el caso de las subastas de Christie’s en Nueva York y Londres, tiende a superar los 25 millones de dólares.

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