Desde el 21 al 27 de octubre se mantendrá en el Espacio Cultural Bellavista la exposición fotográfica documental ‘Cuba es Vida’, de Tamara Merino Bloch.
La muestra contempla 32 imágenes captadas en un apasionante viaje a la isla durante 50 días, donde podrán disfrutar de los más íntimos momentos de la vida cotidiana cubana y presenciar situaciones que pocas veces nos detenemos a observar y que hacen de esta exhibición, una muestra llena de reflexiones y dimensiones cautivantes.
Las fotografías buscan revivir las características propias del pueblo cubano, reflejando la esencia de sus rincones y su gente. Dando a conocer la sencillez y humildad con la que los cubanos viven su día a día y esa capacidad tan propia de dar sin esperar o recibir nada a cambio.
Esta muestra fotográfica pretende dar a conocer la experiencia de un otro, un lugar donde todo sucede en las calles y se crea un contraste, donde la utilización de lo público llega a ser un espacio comunitario. Vemos habitantes que relatan sus vidas en las calles, hombres jugando al ajedrez con fichas artesanales, ancianos sentados todo el día en el portal de sus casas mirando con serenidad a la nada, colores que iluminan las calles resaltando los cuerpos femeninos de sensualidad y alegría. Son momentos únicos que captan lo simple de la vida.
Esta propuesta visual es una evidencia de un fragmento de la realidad cubana, la cual pretende mostrar desde una perspectiva personal, el proceso histórico que hoy vive Cuba, con el fin de retratar instantes reveladores de la idiosincrasia de ese país. CUBA ES VIDA no representa la felicidad en su máximo esplendor, CUBA ES VIDA invita a sumergirse en la esperanza y desesperación que cada cubano lleva dentro.
Tamara Merino, fotógrafa autoral, cursó sus estudios en la School of Visual Arts of New York y se especializó en fotografía digital en la Universidad del Pacífico de Santiago.
“Decidí visitar Cuba, pero no como turista, sino que conocerlo desde adentro. Quería ser una más, a pesar de saber de antemano esa imposibilidad. Anhelaba transmitir esos verdaderos momentos que surgían sin avisar, esos momentos que nunca volverán a ser los mismos. Tu ojo será el único espectador y la cámara el único testigo. Jamás en 50 días y a pesar de haber frecuentado algunos lugares más de una vez, fueron iguales. Caminé por cada cuidad y por cada pueblo por horas, vagabundeando por la isla guiada solo por mi instinto y nunca me cansé de caminar. Mi mirada se posaba ante cada momento de cotidiana realidad, que iba cambiando precipitadamente y sin descanso ante mis ojos. Estoy segura de haber vivido en otro tiempo». (Tammy Merino)
El Ciudadano
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