Lo del 5 de julio en La Batuta fue un verdadero cumpleaños, donde se cantó, se bailó y, claro, cómo no, hubo regalos. Drakos cumplía cinco años y eso había que celebrarlo en grade, ya que ha sido un proceso de duro trabajo, pero ha dado frutos concretos. Como ese público fiel que los acompaña en cada tocata, o esa fanática que ganó el concurso de tatuajes, que anteriormente también había ganado un par de entradas para otro concierto. Y ese fue el público que llenó La Batuta ese día para soplar las velas junto a su banda preferida de ska latino.
La noche partió con todo el ritmo cadencioso del reggae de Kitra, amigos e invitados de Drakos, que hicieron bailar a todos los presentes con su mezcla latina-rock-reggae que, al compás de canciones como “Somos muchos” tuvieron una respuesta muy favorable y que vaticinaba lo que vendría más tarde cuando los “cumpleañeros” se subieran al escenario.
Seguía llegando y llegando gente hasta La Batuta cuando salió Drakos a escena. Todos impecables para una fiesta que tenían ganas de celebrar hace mucho. Desde que sonó el primer acorde hasta el último, la tocata dejó de ser un concierto y se transformó en una fiesta: la gente se tomaba de las manos y bailaba como si estuvieran en una salsoteca. Pero la tocata continuaba y varios hechos la convertían en una postal para el recuerdo de sus seguidores. Como la aparición de Cristóbal González para cantar un tema de Santo Barrio, o el excelente tributo que rindieron a Los Pericos con un mega mix de antología.
Pero las canciones pasaban y cada vez quedaban menos, por lo que cuando se acercaba el fin, vinieron los regalos: discos, poleras y hasta tatuajes. Todos estaban felices. Todos menos el público cuando Drakos se bajó del escenario. Así que sin hacerse de rogar demasiado, y en vista y consideración que la banda quería seguir celebrando, volvieron para tocar tres canciones más.
Drakos es un grupo prendido, que hace la música que le gusta. Y eso se nota y se agradece. Tiene músicos de alto nivel, como ese trío de bronces que le da un peso importante a la agrupación sobre el escenario, al igual que el resto de sus músicos.
La noche terminó redonda, con una banda y un público feliz. Drakos había cumplido cinco años de vida. Aunque en la realidad, parecía que ya habían cumplido la mayoría de edad.
Aníbal Valenzuela
Integrante de banda Di Zulus
Onda Corta
El Ciudadano