El director chileno del premiado largometraje La Colorina obtuvo una importante beca de residencia en París para desarrollar el guión de la que será su tercera película, Carne de Perro, proyecto que ya había sido reconocido en el Encuentro de Jóvenes Directores del Festival De Biarritz el año 2009.
Sin embargo, antes de partir, Guzzoni (en la foto) rodará durante agosto su segundo largometraje gracias al programa de Lastarria 90. La Ñoko, que codirigirá con Rodrigo Susarte (Gen Mishima), cuenta la historia de cinco personajes que viven atomizados en una urbe violenta que no hace sino enajenar a sus habitantes. Con un look trashy, el film pretende poner la mirada sobre aquello que el discurso de un país progresista intenta invisibilizar, enfrentándonos con un Santiago oscuro lleno de personajes desolados, fragmentados y perdidos entre los edificios y el tráfico de la ciudad.
Siguiendo la crudeza que ya pudimos observar en su ópera prima, donde se retrataba sin miramientos ni complacencias a la poetiza nacional Stella Díaz Varín, tanto La Ñoko como Carne de Perro se establecen como una reflexión respecto a lo que Fernando llama una derrota latinoamericana, continente en donde la modernización acelerada y la inclusión tardía a un mundo neoliberal produjo desajustes y conflictos en los sujetos que, suspendidos en medio de estas fuerzas, recorren la ciudad en búsqueda de algo que los haga resistir el vacío y la desolación.
Por su parte Carne de Perro, el proyecto que desarrollará en La Residencia del Festival de Cannes, nos narra la historia de un ex torturador que hoy intenta reconstruir una vida que, tras la vuelta a la democracia, vio desintegrarse paulatinamente. Alejado de su hija y esposa por errores del pasado, recorrerá las calles en búsqueda de una identidad que hoy se encuentra fracturada y atormentada por los crímenes que cometió siguiendo las órdenes de un régimen autoritario en dictadura. Así como en sus anteriores obras, la estética audiovisual estará estrechamente ligada al rudo escenario que Guzzoni trabaja en su cine, expresando una visión de mundo crítica y bastante audaz, sin temor a representar aquello que los cánones cinematográficos establecen como censurable. Queda, entonces, la espera por el estreno de estos dos proyectos cuyo desafío es poder estar a la altura de La Colorina, su tremendo debut.
Por Roberto Doveris
Fotografía: lanacion.cl
Filmonauta, primera quincena agosto 2010
El Ciudadano N°85