Me enamoré por primera vez cuando tenía diecinueve años. Descubrí una gran cantidad de nuevas emociones que cobraban vida dentro de mí, todo gracias a la existencia de otro ser humano. Y este no era el típico amorío, mi otra mitad estaba a kilómetros de mí. Los dos nos las arreglamos con la distancia, aunque a él siempre le quedó un sabor de insatisfacción en la boca. Nunca sentí que nos hubieran dado suficiente tiempo para nosotros. Así que con el fin de hacer frente a lo inevitable, me refugié en las fotografías que tomé de él cuando estábamos juntos. Lo retraté de la manera en que quería recordar su lenguaje corporal y expresiones cuando estas ya no fueran más que invenciones de mi imaginación. Su mano reconfortante sobre mi rodilla, un retrato surrealista de nosotros juntos en el cielo, secretas luces de bolsillo junto al río. Estas fotografías ayudan a que mi imaginación sea más fuerte, el sabor sea más dulce… se erigen en pie como un testimonio de mi profundo afecto por quien es él
¿Qué más decir? Jordan Tiberio es una fotógrafa de 20 años residente en Nueva York. Estudia en el Fashion Institute of Technology.
Y esta otra serie, «Espejos líquidos»:
http://www.jordantiberio.com/