En 1796, el empresario y filántropo cuáquero William Tuke abrió The Retreat (El Retiro), en York, Inglaterra, un hospicio para el cuidado de enfermos mentales.
Antes, las personas con problemas de salud mental o de conducta eran tratados peor que los más atroces criminales, eran generalmente encerrados en manicomios, encarcelados en celdas o encadenados a las paredes de los hospicios.
Como cuáquero, Tuke creía en la santidad de la vida y en el deber de comportarse amable y moralmente con toda la humanidad. Esto le llevó a construir un hospital para la atención de aquellos que sufrían de problemas de salud mental.
Al principio, The Retreat estaba abierto solo a sus compañeros cuáqueros, pero pronto abrió sus puertas a todos. The Retreat cambió la forma de tratar la salud mental.
Diseñado para mantener a los pacientes aislados del resto de la sociedad, el hospital era totalmente autosuficiente con su propia panadería, carnicería, lechería, tienda y servicio de lavandería y una gran finca dedicada a la agricultura y la horticultura, donde se esperaba que trabajaran los pacientes que estuvieran en condiciones. El hospital se cerró en 1995 y se convirtió en apartamentos.