El cineasta Sébastien Lifshitz ha estado rondando por mercadillos y puestos callejeros, hojeando álbumes familiares y olvidadas cajas de áticos en busca de fotografías antiguas. Para su colección, publicada en Rizzoli y titulada The Invisibles: Vintage Portraits of Love and Pride (Los invisibles: retratos de amor y orgullo), el artista francés no incluye solo fotografías. Sus descubrimientos vintage son recuerdos de amor y compañía, en concreto, de parejas homosexuales.
Hechas en una época en que las relaciones homosexuales estaban dominadas por los prejuicios y la marginación, las fotografías de la serie de Lifshitz consiguen hacer una contundente declaración sobre el amor y la intimidad, a pesar de la época, la sociedad o la preferencia sexual. El artista explica, acerca de sus «modelos», que «Debido a que para obtener estas imágenes tenían que ir a un pequeño laboratorio de fotografía del barrio a revelar la película y luego volver para recoger las copias, tuvieron por tanto que correr el riesgo de exponerse socialmente. La necesidad de mantener un recuerdo de su amor era sin duda más fuerte que la desaprobación de sus vecinos o la preocupación por el qué dirán».