Huacho (2009) es la historia de una familia rural que debe sobrevivir en un Chile moderno y ajeno, luchando en medio de un sistema económico en el que no están contemplados sino como mano de obra barata. El relato ocurre en un día en la vida de esta familia, fragmentándose a su vez en un seguimiento no paralelo a los cuatro integrantes de este grupo humano compuesto por los dos abuelos, la madre soltera y su hijo pequeño.
Habitando una modesta casa en San Nicolás, un pueblo ubicado en las afueras de Chillán, los personajes deben desplazarse para hacer sus quehaceres diarios, y por ello el film se establece en clave de seguimiento a cámara en mano, retratando agudamente cada uno de los momentos en que los personajes, agotados, se trasladan desde el entorno rural a la urbe, en donde sus cuerpos son absorbidos por las exigencias de una sociedad que discursivamente promueve el progreso técnico y económico, pero invisibiliza a quienes lo sufren.
Es por ello que podemos hablar precisamente de una lucha y un enfrentamiento entre estos individuos y el entorno en el que deben habitar; la abuela viéndose obligada a vender sus quesos artesanales a un precio demasiado bajo, la madre intentando sortear los gastos con un sueldo mínimo, el niño en el colegio siendo denominado “huaso” y el abuelo realizando labores atávicas propias de una economía rural.
Al ser una película sobre un núcleo familiar duramente golpeado y al margen de lo que el país ha denominado ‘prosperidad económica’, los personajes funcionan más bien como actantes y la puesta en escena nos hace pensar en un realismo entendido en clave soviética de denuncia. Acá el tema es concreto y versa sobre aquellos que no tienen la capacidad adquisitiva mínima para poder ingresar en las lógicas del progreso y, por ende, queden relegados. En ese sentido Huacho (2009) se erige como un esfuerzo por visibilizar a este grupo de personas, representados en la familia del film.
Dirección: Alejandro Fernández
Guión: Alejandro Fernández
Reparto: Clemira Aguayo, Alejandra Yáñez, Cornelio Villagrán, Manuel Hernández
Duración: 89 min.
Por Roberto Doveris
Publicado en Filmonauta N°4, edición N°76, enero 2010 de El Ciudadano
El Ciudadano