Del 3 al 6 de octubre se realizó en Santiago el II Festival Internacional de Poesía (FIP) que convocó a 110 poetas chilenos y extranjeros. El resultado fue muy valioso, tanto en el aspecto literario como en abrir la lírica a públicos no especializados.
Javier Llaxacondor, poeta y director del Festival Internacional de Poesía (FIP) Santiago 2019, luce cansado, pero evidentemente satisfecho. “Hemos superado con creces las expectativas que teníamos. Se ha realizado un festival con casi todas las cosas en contra, principalmente sin presupuesto, sin apoyo del Estado en el marco institucional, sin todas las condiciones que deberían generar un ambiente propicio para que las actividades transcurran como debe ser”, asegura.
“Al final, ha habido muchísimas colaboraciones que han generado que el Festival sea, efectivamente, un éxito y ha sido una fiesta muy intensa durante cuatro días, en 16 recitales, en nueve comunas de Santiago”, explica Llaxacondor. A su juicio, el FIP ha crecido como comunidad y se ha instalado como un evento importante, quizás el más grande en poesía.
Para el director del Festival, todos los autores fueron importantes, por lo que destacar algunos nombres sobre otros le resulta poco amable. Pero si de trayectoria se trata, figuras como Manuel Silva Acevedo (Premio Nacional de Literatura 2016), Leonardo Sanhueza, David Aniñir, Alejandra del Río, Héctor Hernández Montecinos, Juan Cameron o Javier Bello son poetas chilenos que no resultan indiferentes para un público entendido en la materia.
Sin embargo, uno de los objetivos de este evento fue acercar la lírica a audiencias no especializadas. Para Llaxacondor se logró con éxito, al desplegar recitales de poesía en colegios, plazas, centros culturales y hasta en la Penitenciaría Sur. A lo que se sumó la presencia de interesantes invitados internacionales, como el caso de Bruno Montané, poeta chileno radicado en Barcelona, quien fuera íntimo amigo de Roberto Bolaño e, incluso, inspiró el personaje de Felipe Müller en Los detectives salvajes.
Montané no es el único nombre de los invitados extranjeros que destaca. El responsable del FIP Santiago 2019 agregó que “la participación de Hagar Peeters ha sido un hito literario en Chile. Su presencia lo fue, no solamente desde el punto de vista mediático, sino en lo que significa hablar sobre la hija de Pablo Neruda en un contexto en el que se necesita validar voces, especialmente desde el feminismo. Sin duda es muy importante para el país. Genera un debate no solamente necesario, sino que, de alguna forma, produce también un cambio en la manera de asumir a nuestros héroes nacionales”.
Esta poeta y escritora, de origen holandés, obtuvo el Premio Fintro por su novela Malva, inspirada en la historia de la hija no reconocida del Premio Nobel de Literatura chileno con la holandesa María Antonieta Hagenaar. Neruda no la menciona en sus memorias y la ocultó de sus escritos y vida hasta que cumplió los 11 años.
“Por otro lado, el hecho de escuchar poesía en muchas lenguas, como en voz de la poeta china Ming Di o la armenia Lola Koundakjian, son impresiones que necesariamente nos llevan a la historia de los perseguidos y eso produjo una necesaria reflexión. En el caso de Lola, particularmente, que estuvo en un recital en la Penitenciaría Sur, su participación ha sido un hecho muy relevante, tanto para quienes la han escuchado como para los propios poetas que participaron del festival”, revela el poeta Llaxacondor.
Diálogo entre autores
El principal organizador del Festival, quien compartió con todos los poetas en mayor o menor medida, asegura que muchos de estos autores han terminado con ganas de escribir respecto a su experiencia en Chile y eso creo que le hace bien al país.
Independiente de si escribirá sobre esta experiencia, la poeta catalana Blanca Llum Vidal se sintió muy atraída por la situación del pueblo mapuche en Chile. La autora hispana deslumbró a los asistentes al Festival con la lectura de su poema Fuego a la trampa, tanto en catalán como en español, inspirado en el movimiento 15M, también llamado de los “Indignados”, en el que se apostaron muchos jóvenes en diversas plazas de España para protestar en contra de la situación económica, la democracia poco representativa y otros temas sociales que aquejan al país ibérico.
En la jornada de cierre del FIP escuchó muy atenta a el chileno David Aniñir, célebre representante de la poesía mapuche, y se acercó a él para felicitarlo. El autor de Autoretraxo le regaló algunos de sus libros y Blanca agradeció el gesto, dado su interés por las circunstancias de los “mapurbes” o mapuches de las grandes ciudades. Asimismo, como rescate literario de su visita a nuestro país, la catalana llevó a Europa la obra poética completa de Gabriela Mistral.
El interés en nuestros Premios Nobel no sólo fue de parte de los invitados internacionales. Tal como señalara el director del Festival Internacional de Poesía Santiago 2019, la poeta holandesa Hagar Peeters generó un debate en torno de la figura de Pablo Neruda.
Consultada sobre el origen de su vínculo con Chile, la autora de Malva indicó, respecto de nuestro país, que “significa mucho porque mi padre fue periodista en Chile en los años 70, antes de la dictadura. Él era un hombre muy de izquierda, un activista comprometido. Escribía sobre la opresión y era un gran partidario de Allende. Escribía para periódicos holandeses sobre la situación en diferentes países latinoamericanos, pero especialmente sobre Chile”.
La escritora de los Países Bajos explicó que el día en que Neruda murió, el 23 de septiembre de 1973, su padre aterrizó en Chile nuevamente y participó en su funeral. Por la gran cantidad de periodistas que hubo en este acto, la policía no se atrevió a reprimir. El padre de Hagar registró con su cámara todo ese momento histórico.
“Durante mi juventud no conocí a mi padre, sólo años después, y me contó esas historias. Quise saber dónde había estado cuando yo nací, el 12 de mayo de 1972. Estaba en el sur de Chile, en Temuco. Fui a conocer ese lugar y la gente me contó, años atrás, que era la ciudad donde Neruda vivió de los dos años hasta que vino a Santiago a estudiar. En ese tiempo yo era ya poeta, publicaba volúmenes de poesía en Holanda y me interesó mucho la figura de Neruda, iba a las casas en que vivió, como La Chascona”, relata Peeters.
Durante la visita de la poeta holandesa en 2005 a la casa museo, la guía le contó que el año pasado se había descubierto la tumba de la hija de Pablo Neruda y que nadie sabía ella. “Porque él no escribía sobre eso, porque se avergonzaba de la enfermedad de ella”, aduce Peeters. Malva Marina sufría de hidrocefalia y falleció cumplidos los ocho años, abandonada por su padre, motivo que explica la polémica que en años recientes se ha cernido sobre la imagen del Premio Nobel.
“Ese fue el motivo que me llevó a escribir la novela sobre la hija de Neruda, Malva, porque veía la similitud que existía entre mi padre, que estaba ausente en mi infancia, y era muy de izquierda. Quise escribir sobre la injusticia que cometió mi padre, como la de Pablo Neruda, y sobre cómo ambos no pudieron desarrollar una relación con sus hijas. Ahora sí tengo una relación con mi padre”, confiesa la autora de la investigación y libro sobre el tema.
Voces de distintas lenguas
Hagar Peeters no es el único invitado internacional que mantuvo un vínculo con Chile durante los días del Festival. Guido Mazzoni, poeta italiano y académico de la Universidad de Roma, se refirió sobre su experiencia en el FIP Santiago 2019 como “un gran honor, un gran placer. Ha significado la oportunidad de descubrir poetas latinoamericanos, chilenos y de todo el mundo, a algunos que había leído o, en otros casos, no conocía. Ha sido una oportunidad única para descubrir nuevos autores, algunos textos y nuevas caras de la poesía”.
Placer que se es correspondido por sus pares chilenos. Carlos Cociña, autor del poemario Aguas servidas, considerado clave en la poesía chilena de la década del 80, expresó su satisfacción sobre los invitados internacionales al Festival. “Me han parecido magníficos. Escuchamos una lengua francesa que está desapareciendo (refiriéndose al occitano, recitado por la poeta gala Aurélia Lassaque), escuchamos en noruego, escuchamos en holandés, en inglés, y en todos los diferentes castellanos que hay y fue muy, pero muy necesario”, destacó el poeta.
Javier Llaxacondor se muestra escéptico respecto el futuro del FIP Santiago. “Es necesario darle un marco institucional, una política formal que apoye a los artistas nacionales y, en particular en este caso, la poesía. Chile no puede negar la relevancia que la poesía tiene en tradición cultural del país. Entonces, es muy urgente, no sólo que no se recorten los presupuestos- como ha sucedido en otros festivales de cultura- sino que también se aumenten, no solamente en el porcentaje a las inversiones del Estado en la cultura, también en relación con becas, residencias artísticas, convenios, que permitan que esto surja”, manifestó.
Sin embargo, rescata el espíritu que primó en esta segunda versión recientemente finalizada. “Este festival lo hemos hecho a pulso. Creo que somos el ejemplo más claro de que cuando se quieren hacer las cosas, se pueden hacer sin la necesidad de estar quejándose tanto. Esa fuerza creo que ha sido el mejor ejemplo que podemos dar. Pero no creo que podamos tener una tercera versión del festival sin el apoyo del Gobierno”, finalizó el director del evento.