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Artista conceptual holandés nacido en Winschoten, en 1942, Bas Jan Ader es todavía un misterio. Emprendió su última performance en 1978: se lanzó al Atlántico, en un pequeño velero, con una cámara. Nunca se encontró el cuerpo del artista ni su vehículo. Hay quienes piensan que se trata de su última gran obra… titulada previamente In Search of the Miraculous (En busca del milagro).
In Search of the Miraculous era un proyecto que consistía en 3 partes, que quedó inconcluso, paradójicamente, por la última y definitiva caída del artista. Porque caerse fue un motivo muy recurrente en la breve, pero rotunda, obra de este artista. Bas Jan Ader se caía en bicicleta a los canales de ámsterdam, se caía de los tejados de las casas, de las ramas de los árboles. Se dice que estas caídas de Bas Jan Ader eran una metáfora existencialista.
La libertad del ser humano le lleva a provocar su propia caída. Es el propio cuerpo del artista el sujeto y el objeto de su obra. Entre las posibles referencias que guiaran el camino de Bas Jan Ader se encuentran los artistas de la performance, la danza y el teatro.
La cineasta Ivonne Raider fue alguna de las artistas que exploraron la caída como el más común de los movimientos. No debemos obviar los intentos de levitar por parte de Bruce Nauman ni el mítico salto al vacío de Yves Klein. Pero, a diferencia de estas referencias, en la obra de Bas Jan Ader se mezclan la ironía con un cierto romanticismo, que no es solo dramático: se filtra en él una tibia melancolía.