Inverosímiles pero reales construcciones de castillos

Hagamos asociación libre: Castillos. Edad Media. Europa. Moros. Cruzadas. O bien, chinos o aztecas, entre otros. Pero no, también hubo castillos en la provincia de Buenos Aires. El primero que recuperamos aquí es el Castillo de Naveira. Mirá las fotos.

Inverosímiles pero reales construcciones de castillos

Autor: Lucio V. Pinedo

El Castillo Naveira, en Luján, posee una increíble belleza arquitectónica. Es uno de los lugares más misteriosos y excéntricos de Argentina. El diseño se basa en el arte gótico y está pensado por el mismo arquitecto de la Basílica Nacional, del mismo estilo neogótico.

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De acuerdo a los datos que se conocen sobre la historia de su contrucción, data de  1841, cuando Enrique Beschtedt compró el terreno y contrató a uno de los ocho arquitectos que trabajaron en la Basílica de Luján, el belga Ernesto Moreau, para la obra. Allí vivió junto a su hija Irene , quien, años después,  se casó con el Dr. Domingo Fernández, dando comienzo a la «dinastía» Fernández Beschtedt. Luego vendrían: Elina Lucia, José Salvador, Alberto Manuel, Adolfo María, Manuel José María Flavio, Enrique, Alfonso Rodrigo, Enriqueta Matilde y Maria Inés.

Luego, en 1913 los Fernández Beschtedt abandonó la propiedad y su nueva dueña fue Matilde Golpe Brañas, viuda de Manuel Naveira, con quien tuvo un solo hijo, José Roque Naveira Golpe. Este hijo de la pareja fue quien amplió el castillo aún más al contratar al mismo arquitecto de antes y siendo él mismo un experto entusiasta del arte gótico. Curiosamente, en 1922, Pepe Naveira se casó con Elina Fernández Beschtedt, donde esta había nacido 25 años atrás.

Actualmente, el castillo sigue perteneciendo a la familia, pero inhabitado. No se conoce el estado real de sus interiores, ya que la entrada se halla prohibida al público en general, razón por la que todo tipo de especulaciones crecen alrededor de esta mítica construcción. Por ahora, solo resta disfrutar al paso de esta magnifica obra que se espera que se convierta pronto en un atractivo sitio en Luján, ya que un castillo de estas características, sin duda, es llamativo al ser tan ajeno al paisaje de la llanura porteña.

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La historia del Castillo de Naveira

En 1841, Enrique Beschtedt, viudo y con una sola hija, Irene, adquirió esta propiedad. Había contratado el arquitecto belga Ernesto Moreau para diseñar y construir el castillo neo-gótico (es el mismo arquitecto de la Basílica Nacional de Luján, localidad donde se halla este castillo). Le había gustado el campo la primera vez que lo vio, pero fueron los sauces, que bordean el río que lo decidieron a comprarla. La casa original se encontraba entre dos ombúes y allí se instalaron Don Enrique y su hija Irene.

En Irene se casó con el Dr. Domingo Fernández. Con el tiempo, sumaron tierras y mejoras. Allí nacieron los primeros Fernández Beschtedt. La familia se fue agrandando y decidieron que era el momento oportuno de ampliar también la casa familiar, para recibir a la nueva integrante, Elina Lucia Fernández Beschtedt. Además, tuvieron otros hijos: José Salvador (ingeniero civil); Alberto Manuel (ingeniero agrónomo); Adolfo María (abogado); Manuel José María Flavio (ingeniero de caminos); Enrique (arquitecto); Alfonso Rodrigo (agricultor); y las mujeres, además de Elina, fueron Enriqueta Matilde y María Inés.

Amantes de los árboles, no descuidaron este tema, los parques fueron diseñados por el paisajista belga Flamand. Ellos cuentan con una interesante variedad de árboles, muchos de especies autóctonas, que le confieren al lugar un entorno de características excepcionales. Todo estuvo preparado para la llegada de Elina, en 1897.

Sin embargo, en 1913, los Fernández Beschtedt tuvieron que desprenderse de esta propiedad y así llegó a mano de Doña Matilde Golpe Brañas, nacida en 1855, viuda de Manuel Naveira, escribano y cónsul de la Argentina. Su único hijo fue José Roque Naveira Golpe.

Manuel poseía, en Buenos Aires, 159 propiedades y 49.900 hectáreas en La Pampa, con varias estancias destinadas a la ganadería y la agricultura. Era enormemente rico. Manuel falleció en Buenos Aires, a los 64 años, en 1905, luego de 15 años de matrimonio. Fue Doña Matilde quien decidió bautizar al castillo por San José, patrono de su hijo Pepe. Pepe Naveira continuó la ampliación de la casa, contratando al mismo arquitecto y convirtiéndose, finalmente, en un entusiasta y experto del arte gótico. Respetuoso de las tradiciones, no permitió que los árboles plantados por los antiguos dueños se perdieran y así la casa y el parque siguieron creciendo, y hoy encontramos ejemplares que tienen más de cien años. En 1922, Pepe Naveira se casó con Elina Fernández Beschtedt, donde, increíblemente, ella había nacido hacía 25 años.

San José, desde entonces, ha visto crecer varias generaciones, ha presenciado bautismos y casamientos. Hoy en día se encuentra cerrado al público, inhabitado y no se conoce el estado de su interior. En torno, han surgido muchas leyendas en la zona.


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