«Irreversible» regresa a la pantalla grande 17 años después con un nuevo montaje

El polémico filme vuelve al cine, pero esta vez con la historia totalmente reversible

En 2002, el mundo del cine fue testigo del estreno de Irreversible, una de las películas más polémicas de los últimos tiempos. 17 años después su director, Gaspar Noé, presenta un nuevo montaje. Se trata de la misma cinta pero contada en el sentido correcto, ya que la historia está montada a la inversa.

Esta arriesgada película nos cuenta una historia de venganza. Álex (Mónica Belluci) discute con su novio Marcus (Vicent Cassel) y se separa de él y de su amigo Pierre (Albert Dupontel) durante una fiesta. La chica toma un pasadizo oscuro y solitario en la zona norte de la salvaje París. Allí, Álex es violada y golpeada brutalmente, todo en una escena fija y de nueve minutos de duración. Es a partir de acá que la ira se desata y Marcus y Pierre buscan vengar el atroz acto, lo que los lleva a una brutal pelea en un club gay bondage sadomasoquista, en donde le desfiguran la cara a uno de los implicados.

El filme fue amado por muchos y odiado por otros. Tanto así que algunos críticos la consideraron como innecesaria y cruel y otros la catalogaron como una obra de arte.

Noé presentó el nuevo montaje en el Festival de Cine de Venecia, mejor conocido como La Mostra, evento que concluye este sábado 7 de septiembre.

El Clarín cuenta que en la alfombra roja Bellucci y Cassel ―que en 2002 eran pareja― volvieron a pasear, pero separados. El único vínculo que queda entre ambos son dos hijas.

Ella, ya de 54 años, reflexionó sobre su interpretación como Álex. «Tomé la decisión de interpretar esa película por instinto. Y no me arrepiento. Fue el trabajo de un gran director, una película que aún se discute», expresó citada por El País. Ya 17 años después, «no creo que lo volvería a hacer. Tengo que pensar en cómo esto les afectaría a mis hijas ahora».

Los críticos aun no se han manifestado sobre si el cambio del sentido afecta la historia. Tampoco sabemos si la gente abandonó las salas de cine como aquella primavera de 2002 en Cannes. Pero de lo que sí estamos seguros es de que Irreversible abrió las puertas a un cine francés más explícito en cuanto a temas que rayan en lo retorcido y grotesco.

Fuentes: El Clarín, El País