En tiempos en los que la lista de publicaciones discográficas en el país no deja de crecer, y mientras una nueva generación de autores termina de instalarse como respuesta lógica al recambio del mercado, cuesta distinguir propuestas que avancen, desarrollen y mantengan cierta cordura estética. Uno de los pocos ejemplos a considerar sería el de Juan Pablo Abalo, crítico, músico y académico que desde su anterior trabajo –el imprescindible “Canciones de Misa” (2012)- viene coqueteando con el formato de canción popular uniendo personalidad, madurez y discurso. El reciente “Como un animal” así lo confirma.
Las nueve canciones del disco instalan a Abalo como un intérprete de pop solemne, aunque cada vez más liberado de la rigidez clásica de su formación. El cantante se escucha cómodo y bien producido al ritmo del sintetizador o del piano, sensual junto al pulso de la batería y protegido por violines o por las cuerdas de una guitarra eléctrica. Las atmósferas en las que se mueve, en tanto, son de una versatilidad convincente: a ratos simples y hasta pegadizas, en otros momentos tristes y opacas. Así, estas piezas bautizadas como “baladas de amor y misterio” convencen porque logran presentar a un autor que –al menos en esta etapa- se percibe claro y directo en su tarea por ahondar en las piedras angulares del pop: el amor y la muerte.
Sin embargo, en Abalo hay una evidente inclinación por ocupar la anécdota melodramática para hablar de otros asuntos, casi siempre ligados a la pérdida y la desesperanza. La canción que da nombre al disco, por ejemplo, es el canto de una voz oprimida que busca emerger; “Fracasos” y “Un lugar de paso” hablan de asilamientos y desilusiones, mientras “A cinco cuadras” o “Viuda negra”, con esos aires de crónica roja, refieren a personajes malditos y marginados. Entre esas reflexiones, el autor condensa en “Un lindo jardín” su evidente crítica a las falsas apariencias y el revés macabro de lo cotidiano: “Te casase por inercia, tuviste hijos por inercia, te enamoraste por inercia. Compraste casa por inercia, un auto también por inercia y un lindo jardín”, entona y sentencia al mismo tiempo.
Al aportar esas visiones al discurso amoroso local, “Como un animal” se distingue como una obra sólida y emotiva, capaz de cautivar sin recurrir a efectismos ni niñerías. Un disco inquietante que ayuda a remecer las somnolientas y edulcoradas aguas del pop local.
Juan Pablo Abalo
“Como un animal”
2014
Independiente
Por Felipe Mardones Vegas
Publicado en ‘Onda Corta: sonidos locales’, El Ciudadano octubre 2014