«Vamos a desordenar el club» dice, entre un par de temas, Soledad del Río, intentando demostrar en las palabras que su música se aleja de los formatos que el Club de Jazz tradicionalmente recibe en su escenario, y queriendo también tratar que aquellos que sentados y aferrados a sus vasos y que ven y escuchan la propuesta musical de La Guacha, se animen a moverse. Algo que inevitablemente no ocurre, pero que si debería pasar.
Pero eso no importa, el grupo ya ha mostrado su camino, ya se ha paseado por temas más melódicos donde la voz de Del Río, asume el rol clave, junto al guitarrista Juan Pablo Escares, en un tema adonde la tristeza del desamor gana su espacio; o en otros más festivos donde la percusión de timbaletas y tumbadoras le da un sentido más latino y caribeño a la estructura más jazzística de bronces -trompeta y saxo-, guitarra, bajo y batería. Y así también se entregan a una particular ranchera, titulada “La rancherita de la mamita”, donde la formación juega desde su estructura de instrumentos a interpretar el ritmo mexicano o en “Mal ojo”, donde la interpretación vocal y los pequeños detalles que la cantante realiza se hacen preponderantes.
La banda también aprovechó la noche para ir presentando algunos temas nuevos, que serán parte del futuro disco de La Guacha, algo que registrarán durante abril. Los que siguen la misma idea de los más antiguos y que se hacen parte de esta mirada que pudo haber tenido al jazz como padre o madre, pero que se ha ido nutriendo de otras sonoridades, algo que conceptualmente el grupo debe afianzar.
¿Dónde y cuándo fue?
Club de Jazz de Santiago, Ñuñoa
Marzo, 23 horas
3.000 pesos
Texto: Jordi Berenguer
Foto: Evelyn Cazenave
Onda Corta
El Ciudadano