“¿A La Pincoya?”. “Claro, voy a La Pincoya”. “¿Y a qué vas?”. “A una celebración de los cuarenta años de la toma de terreno que dio origen a la actual población”. “Pero allá hay puros patos malos, tienes que tener cuidado”. Silencio. Sólo lo miro y guardo silencio. ¿Quiénes ha instalado esa percepción de las poblaciones?, ¿quiénes han ido estigmatizando ciertos sectores de Santiago? Todos lo saben, todos lo escuchan a diario en la televisión y en las radios, y lo leen en los medios escritos. Aspectos esos, que están muy lejanos a la verdadera y plena existencia de muchas poblaciones de Santiago, y que por casualidad, responden muchas de ellas a procesos de tomas de terrenos de los últimos años de la década del sesenta. Situaciones de delincuencia hay como en cada barrio, como en cada ciudad, como en cada sociedad, como en cada país y que responden como dice la canción “El Lobo” de Subverso, a ese sistema que te hace ir lamiendo tu propia sangre, hasta desangrarte.
Pero nada de eso ocurrió en la celebración, nada de eso tuvo un atisbo de aparecer. Por el contrario aparecieron otras cosas, que son las que marcaron el origen de estas poblaciones, la solidaridad, el apoyo, la organización y por ende, los buenos resultados. Así la celebración de la toma, tuvo una jornada plena, y que se fue marcando de sucesos y de la llegada de mucha gente, no sólo pincoyanos, sino gente de otras comunas que vino a sumarse a la fiesta y a saludar el origen de la idea. Fiesta que tuvo de todo lo esperado, y que no sólo permitió reírse con la presencia del “guatón de los jugos” -Gustavo Becerra- que hizo una rutina de humor, o mirar la historia de la toma en fotos, sino que vio pasar sobre el escenario a distintas expresiones, cada una de ellas rica en lo suyo en su aporte. Así el folclor tuvo su espacio con Carola y Los Amautas, y el charanguista, Freddy Torrealba. Así lo propio de La Pincoya se vio fortalecido y honrado con las actuaciones de Nacimiento, quienes volvieron a reunirse para la ocasión, al cantor “Bigote” Villalobos y a la original propuesta de La Pincoyazz.
Lo mismo ocurrió temprano con las bandas más representativas del punk y el hardcore, como “Esto no tiene nombre” y “Bajo fuego”, quienes seguido por un grupo de adeptos, más quienes habían llegado temprano vieron sus actuaciones. Misma ideas y distintas expresiones podría decir uno, al escuchar a “Mente rebelde”, grupo de hip hop de la comuna, que fue preparando el ambiente para lo que vendría después. Para los tres pesos pesados de la jornada.
Se dice que el orden de los factores no altera el resultado final, así que partamos por Chico Trujillo, quienes llegaron, tocaron y generaron el descontrol de los asistentes. Todos bailaron o creyeron que lo hacían. El conjunto que ha venido guiando y originando una presencia de la cumbia y de sus variaciones en los últimos diez años, logró generar el resultado de siempre, aquello que es una mezcla de alegría, de energía y de ritmos bailables. El cierre de la jornada lo tuvo Banda Conmoción, quienes siguiendo un poco lo armado por Chico Trujillo, desplegó desde su formación y estética, la otra mitad de la fiesta, aquella que no requiere de enchufes y que desde la percusión y los soplidos va obligando al salto, a la risa, al festejo y a la idea de sentir que la plaza pública, es el lugar ideal para dejar mis miedos y bailar sin saber y sin importar quien me acompaña, pero que se siente tan bien como yo.
Entre estas dos expresiones bailables, fue el turno de Subverso, que acompañado de Skapo y Andy Portavoz, no sólo logró cautivar la atención de aquellos que querían seguir bailando, sino que logro que todos aquellos que esperaban a Conmoción, se volvieran a acercar al escenario y escucharan sus ideas y convicciones, logró que el ritmo no parara interpretando “Atrévete”, para ponerse rebelde, o recordando que lo hoy viven en ciertas poblaciones, producto de lo que señalamos al comienzo, también se hace presente en las comunidades mapuches y que fue lo mismo que vivieron quienes hace cuarenta años llegaron armados de colchones, fonolas, cartones y sueños y esperanzas a construir desde la nada, lo que hoy les ha permitido educar hijos, y hacerlos sentirse dignos de su origen y de quienes todavía los acompañan en las nuevas luchas que se siguen dando. A quienes corresponda, gracias por la jornada.
¿Cuándo y dónde fue?
Sábado 31 de octubre
Desde las 18 horas
Plaza Pablo Neruda
La Pincoya
Texto: Jordi Berenguer
Fotos: Evelyn Cazenave A.
Onda Corta
El Ciudadano