La relación de Julio Cortázar con Salvador Allende: “si yo fuera una mujer chilena y me naciera un hijo, antes que llamarlo Augusto, lo llamaría Hijo de Puta”

En un nuevo aniversario del golpe militar que encabezara Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, repasamos a continuación la relación que tuvo el célebre escritor argentino con el régimen socialista y la posterior denuncia sistemática a los delitos de lesa humanidad que ocurrían en Chile

La relación de Julio Cortázar con Salvador Allende: “si yo fuera una mujer chilena y me naciera un hijo, antes que llamarlo Augusto, lo llamaría Hijo de Puta”

Autor: El Ciudadano Argentina

En un nuevo aniversario del golpe militar que encabezara Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, repasamos a continuación la relación que tuvo el célebre escritor argentino con el régimen socialista y la posterior denuncia sistemática a los delitos de lesa humanidad que ocurrían en Chile. Conocé los detalles de este vínculo a través de la correspondencia del propio Cortázar.

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El 3 de noviembre de 1970, Julio Cortázar visitaba Chile por tercera vez -las dos primeras habían sido en 1942 y 1946-. Venía a la asunción del Presidente Salvador Allende en La Moneda, como una muestra de apoyo al gobierno socialista. En este contexto, el escritor argentino llegaba como una estrella: cientos de personas fueron a recibir al autor de la célebre novela Rayuela.

Cortázar, quien se declaró múltiples veces como admirador de la poesía de Pablo Neruda, se hospedó en el hotel Conquistador, ubicado en el centro de Santiago. Allí era asediado por fans y escritores. “No he venido como escritor, sino como expresión de una ideología”, dijo Cortázar en su encuentro con la prensa de la época. Sobre esas muestras de cariño, diría más tarde en una carta del 26 de noviembre de 1970:

“Acabo de volver de Chile, donde fui a solidarizarme con el gobierno de Allende; fue un viaje improvisado, que decidí en dos días al descubrir que de todas maneras no era posible estar ausente en momentos en que un país del Cono Sur se lanzaba a una tentativa socialista;  me alegro de haber ido, aunque casi me mataron a fuerza de amor colectivo”

Tres días después, en otra esquela, esta vez a Roberto Fernández Retamar, agregaba:

“Sabrás quizá que me fui a Chile para decirle a Allende y a su gente cuánto me gustaba lo que está ocurriendo en ese país. Creo que hice bien, que le gustó mi presencia, y que sin jactancia (es quizá el solo defecto que no tengo) fui útil en muchos sentidos

La relación entre el presidente chileno y el escritor argentino era de gran confianza y camaradería. Compartían mayoritariamente la visión política, económica y social del continente y se encontraban en las antípodas del colonialismo cultural que Estados Unidos intentaba imponer en Latinoamérica. Esa relación estrecha, puede quedar demostrada en la siguiente visita que realizó a Chile, en marzo de 1973. Escribe en una carta:

“Asistí en Santiago al espléndido triunfo de la Unidad Popular, estuve con Allende y fumé con él el cigarro de la victoria (¡un regalo de Fidel!)”

Seis meses después, el 11 de septiembre de 1973, el gobierno de Allende era derrocado por el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet. Cortázar se opuso desde el primer momento al régimen autoritario, hasta el punto en el que reunió textos propios y de otros autores en el libro Chili, le dossier noir, publicado por el sello Gallimard (1974). El libro se distribuyó en Europa principalmente debido a la censura que reinaba en el continente y en los textos se denunciaban las atrocidades cometidas por el gobierno de facto.

Cortázar, dueño de un humor absoluto en toda su obra, le escribe en una carta a Gregory Rabassa el 9 de abril de 1974 esta especie de poema:

Si yo fuera una mujer chilena
y me naciera un hijo,
antes de llamarlo Augusto
lo llamaría Hijo de Puta,
sin contar que si lo llamara Augusto
entonces los demás lo llamarían Hijo de Puta

“Después de tan genial improvisación, me volví a dormir sumamente satisfecho”, contaba el autor de Libro de Manuel. Cortázar, luego, formaría parte del tribunal Bernard Russel, el cual se encargó de denunciar la violación sistemática a los derechos humanos que sufría el continente, ya no sólo en Chile, sino también en países como Argentina, Brasil y Uruguay.

@gusyuste


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