Una historia latinoamericana es el relato cinematográfico que hace Marcelo Martinessi en Las Herederas, su largometraje de reciente estreno comercial. Más que un solo relato, son múltiples relatos los que hay en la película. De hecho, una buena película trae siempre más de un nivel de lectura, y una excelente película permite muchos niveles de lectura. Las Herederas es una excelente película latinoamericana.
Con un desarrollo cronológico la película va atrapando y atrayendo al espectador logrando con el paso de los minutos superar la categoría de espectador para llegar a ser un cómplice de las personajes, personajes que son la acción, las cosas que les pasan a ellas, producto de su historia previa (que el mismo desarrollo de la historia nos va revelando en lo medular) y producto de sus decisiones e indecisiones.
En cierto nivel es una historia de la dependencia, explicitada por la forma en que se establecen y cambian las jerarquías relacionales dentro del filme, quien parece ser la autoridad en cierto momento en otro es quien depende, las relaciones tienen una flexibilidad jerárquica que es fiel reflejo de la vivencia latinoamericana al respecto. Es también una historia de clases y jerarquías étnicas, un poco más rígidas que las de la dependencia, en tanto pasan por las dependencias económicas. Por supuesto hay un nivel de género que es tan presente, tan constitutivo de la película que por obvio pasa desapercibido, estadísticamente los varones aparecen solo como extras y referencias en algún diálogo importante.
Ante todo es una historia de liberación, pudor y cierre. Las puertas semiabiertas, ventanas y persianas que permiten ver pero no participar de ciertas actividades, los rigores de las costumbres y manías y la seguridad que dan y que se van rompiendo poco a poco, la soledad que se instala en cierto momento y que se convierte en una oportunidad de libertad. Libertad como liberarse del pudor, pudor de la situación económica y de la situación del cuerpo. Pero también libertad de no aceptar una nueva cárcel bajo la forma del deseo. Libertad también del apego a las cosas y a la historia personal en ellas. Es en otro nivel una historia antropológica de nuestras oligarquías en su venir a menos, historia más presente en la literatura latinoamericana que en el cine regional.
Las actuaciones son de un estupendo nivel, creíbles, y con un desarrollo dramático coherente, al mismo tiempo que hay personajes “anclas” que permiten, en su invariabilidad, percibir por contraste los cambios en las otras personajes.
Es una película que se deja ver, con un buen nivel técnico, y que no tiene casi fallos o tiempos perdidos. No es una película perfecta y por eso es excelente, permite dialogar con ella durante y después de su visionamiento.
Hay que ir a verla pues, con apertura y sin expectativas. Porque lo que entrega escapa de la normalidad hollywoodense.
FICHA TÉCNICA / ARTÍSTICA
DIRECTOR: Marcelo Martinessi
GUIONISTA: Marcelo Martinessi
FOTOGRAFÍA: Luis Armando Arteaga
MONTAJE: Fernando Epstein
SONIDO: Fernando Henna, Rafael Alvarez
PRODUCIDA por: La babosa (Paraguay), Pandora Film Produktion (Alemania), Norsk Filmproduksjon (Noruega) y La Fábrica Nocturna (Francia).
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Sebastián Peña Escobar y Marcelo Martinessi
DIRECTOR ARTÍSTICO: Carla Spatuzza
DISEÑO DE VESTUARIO: Tania Simbrón
MAQUILLAJE: Luciana Díaz
DURACIÓN: 95 min
REPARTO: Ana Brun (Chela), Margarita Irún (Chiquita), Ana Ivanova (Angy), Nilda Gonzalez (Pati), María Martins (Pituca), Alicia Guerra (Carmela), Yverá Zayas (Singer)
Por Pelao Carvallo
Publicado originalmente el 13 de abril de 2018 en el Facebook de Ape Paraguay