Por Pablo Jofré Leal
Enhorabuena. Una mujer, de origen obrero, escritora con una narrativa punzante, que no deja indiferente. Además, dotada de una gran pasión y posición político antisionista, sin tapujos, ha sido merecedora del Premio Nobel de Literatura 2022.
Y claro, en la clásica política de perseguir a todo aquel que denuncie los crímenes del sionismo, medios de comunicación ligados estrechamente a la casta cívico-militar que rige a la entidad israelí, han criticado que la Academia Sueca haya reconocido con el Premio Nobel de Literatura a la escritora francesa Annie Ernaux. Efectivamente, el pasado jueves 6 de octubre, apenas se conoció el nombre de la nueva Premio Nobel de Literatura, el diario The Jerusalén Post (1), que suele entregar la visión de las administraciones israelíes, tituló un artículo donde señalan su rechazo al otorgamiento de este importante premio: “El BDS apoyado repetidamente por la nueva premio Nobel Annie Ernaux”. Con ello se minimiza su importancia literaria y se pretende demonizar a la intelectual francesa y situarla en el bando de los antisemitas y antijudíos, que es el mecanismo usado, por los detentadores de la ideología sionista, para generar una campaña de desprestigio contra todo aquel que critique la política racista, de apartheid y criminal en esencia, que practica Israel contra el pueblo palestino.
Está pronta a comenzar una operación política-mediática destinada a influir sobre la Academia Sueca para retirar el premio obtenido por la escritora francesa y si ello no es así, al menos minimizar su obra en aras de un supuesto antisemitismo. Las pruebas para este nuevo lloriqueo sionista, ha sido la posición política de la escritora francesa de clara oposición a la ocupación y colonización israelí de Palestina. La condena a sus crímenes y la necesidad de impulsar la denominada campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS – (2) que tanto duele al régimen sionista por las pérdidas económicas que significan para el ente israelí. Annie Ernaux ha sido una activa crítica de cualquier tipo de cooperación artística-cultural entre Francia e Israel, pues tal conducta significa un blanqueo de la imagen de un régimen que comete crímenes contra el pueblo palestino.
Para los políticos sionistas, sus agencias de relaciones públicas y sus aliados del tipo Joe Biden, la premier inglesa Liz Truss, autodefinida como “una gran sionista y una gran defensora de Israel”, la tarea será presentar a cualquiera con cierta impronta, que se atreva a poner en el banquillo de los acusados a uno de los regímenes más criminales de los últimos 50 años, como es Israel, como un peligro para la “creación de un mundo tolerante, respetuoso y alejado de los discurso de odio”, aunque sea efectivamente el sionismo y sus serviles aliados los que propician la intolerancia y las acciones destinadas a poner mordazas en las bocas, escritos y acciones de quienes denuncian a Israel como entidad segregacionista, que práctica una política de apartheid similar e incluso peor que aquella del régimen racista sudafricano.
Para los defensores del sionismo su objetivo es que destaquen y premien sólo aquellas obras y trayectorias de incondicionales de Israel y su ideología. Tal vez a The Jerusalén Post le gustaría que solo se premiara a los autores de los numerosos libros ‘superventas’, que nos entregan la variedad de oficios y ocupaciones desarrolladas por prisioneros en los campos de concentración del nacionalismo, tales como: “El sastre de Auschwitz”, “El tatuador de Auschwitz”. “La bailarina de Auschwitz”, “La bibliotecaria de Auschwitz”, “El farmacéutico de Auschwitz”, “El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz”, “El niño de pijama a rayas” y así un suma y sigue en el catálogo de la muestra del sufrimiento de aquellos europeos de creencia judía. Una innumerable bibliografía literaria y filmográfica (4) que a través de una estudiada inversión pretende mantener vigente el tema de los crímenes del Tercer Reich.
Claro está, que lo anterior sólo estaría relacionado con los europeos de creencia judía, pues la muerte de 26 millones de soviéticos, 300 mil hombres, mujeres y niños con discapacidad mental (3) decenas de miles de miembros del pueblo roma europeo, homosexuales, prisioneros de guerra y políticos que también estuvieron confinados en campos de concentración nazis, no son parte de ningún recuerdo de exterminio. Es el recuerdo exclusivo y excluyente que tan bien lo ha trabajado el sionismo, que durante décadas nos han llevado por el camino de conmovernos, sólo por el sufrimiento de aquellos europeos de creencia judía, asesinados por el régimen del Tercer Reich y que tan bien lo describe el intelectual Norman Finkelstein –cuyo padre y madre estuvieron confinados en los campos de concentración de Auschwitz y Majdanek– como “la Industria del Holocausto” (4).
Enhorabuena, una mujer, escritora y, además, con pasión y posición política sin tapujos, es merecedora de un premio Nobel de Literatura. La número 18 en 119 años de premios mayoritariamente masculinos. A la escritora Annie Ernaux el sionismo no le perdona que no haya callado en un país como Francia, donde el lobby sionista ha escalado a altas esferas del poder. No le perdona que en mayo del año 2019 haya firmado una carta junto a más de un centenar de artistas franceses llamando a ejercer un Boicot al festival Eurovisión que se celebraría en Tel Aviv –en territorio de la Palestina histórica ocupada-, como también que la televisión pública francesa no transmitiera este evento destinado a blanquear la imagen de un régimen, que a pocos kilómetros del escenario asesinaba, en esos días, a hombres, mujeres y niños palestinos. Ahí detrás del muro de segregación que rodea Cisjordania y de la bloqueada Franja de Gaza.
El sionismo no le perdona a Annie Ernaux que el año 2018 haya firmado una carta junto a 80 artistas expresando su firme oposición a tener cualquier vínculo intercultural franco-israelí; “tal hecho blanquea la imagen de una entidad criminal… es una obligación moral, para cualquier persona con conciencia, rechazar la normalización de las relaciones con Israel”, signaba esta carta. Como tampoco que en ejercicio de su libertad, aprendida en un país que fue capaz de enfrentar al nacionalsocialismo a través de sus grupos de resistencia, apoyara la liberación de George Abdallah, católico maronita, sentenciado y preso en Francia por haber concretado, como miembro de las Facciones Armadas Revolucionarias Libanesas -de la cual fue cofundador- la muerte de del agregado militar estadounidense y agente de la CIA en Beirut, teniente coronel Charles R. Ray, y del agente del Mossad -bajo la mascarada de diplomático- Yaakov bar-Simantov. Esto, en momentos que El Líbano estaba bajo ocupación de Estados Unidos y la entidad israelí. Para Annie Ernaux, la libertad de Abdallah era una exigencia, pues se trataba de “un hombre comprometido con el pueblo palestino y contra la colonización».
En mayo del año 2021, a pocos días del término de la operación de exterminio llevado a cabo por Israel contra la Franja de Gaza, Annie Ernaux nuevamente puso al sionismo en el lugar que debe estar: el estrado de los criminales, al firmar una carta titulada “Una Carta Contra el Apartheid”, que daba cuenta de los ataques y crímenes cometidos contra la población palestina en Israel y los crímenes cometidos contra el pueblo palestino tanto en Cisjordania como en la Franja de gaza. “Enmarcar esto como una guerra entre dos bandos iguales es falso y engañoso. Israel es la potencia colonizadora. Palestina está colonizada. Esto no es un conflicto: esto es apartheid”, decía la carta firmada, entre otros, por Ernaux.
La Academia Sueca reconoció el pasado jueves 6 de octubre con el Premio Nobel de Literatura a la escritora francesa Annie Ernaux, «por el coraje y la agudeza clínica con los que descubre las raíces, alineamientos y limitaciones colectivas de la memoria personal». Agregaría que también merece el reconocimiento por traer desde el recuerdo lo que es presente aún: la tragedia que soporta el pueblo palestino a manos del régimen infanticida israelí. Ya eso pone a Ernaux en lo más alto del ser humano, la que se conmueve y no calla interesadamente. Pues tal vez podría recibir el aplauso mediático de los mass media estadounidenses, franceses, británicos, alemanes, si no fuera la que es: una mujer comprometida, lúcida y con coraje.
Annie Ernaux es una firme partidaria de llevar adelante, hasta el fin del sionismo, la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS-, de tal manera de incrementar la presión global para poner término a 74 años de ocupación y colonización de palestina. Proceso que ha significado muerte para decena de miles de hombres, mujeres y niños. El robo de las riquezas palestinas, la sionización de sus ciudades, la pretensión de invisibilizar su historia, cercarla con muros, impedir el retorno de sus hijos e hijas. Llenar su tierra con colonos extranjeros.
En la conferencia de prensa, tras conocer el galardón otorgado, Annie Ernaux sostuvo: “este premio representa algo inmenso teniendo en cuenta mis orígenes. Es una responsabilidad. Hoy pienso en las personas oscuras, en mi familia. He escrito para los que han luchado mucho. El escribir es el acto político más importante y he hecho de la literatura un compromiso con los derechos de los más desfavorecidos y de las mujeres. Mi trabajo es político, aunque no participe en movimientos sociales o políticos y la responsabilidad a la que me refiero es la de continuar la lucha contra todas las injusticias, las que sean». Que buena noticia Annie Ernaux, porque eso significa que seguirás poniendo el dedo en la llaga de la herida que significa para el pueblo palestino en particular -y el mundo en general- el tener que soportar una ideología criminal como la sionista.
Por Pablo Jofré Leal
Artículo para Hispantv
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- https://www.jpost.com/bds-threat/article-719059
- Bibliografía “Les armoires vides” en 1974. Publicado en inglés como “Cleaned Out”. «Ce qu’ils disent ou rien» – «Lo que dicen va» – «La femme gelée» – «La mujer congelada» – “La place” – “El lugar de un hombre” -. “La honte” – “Vergüenza” – publicada en 1997. L’événement” – “Happening” – del año 2000. Su libro más aclamado por la crítica es «Les années» – «Los años» – publicado en el 2008 y descrito por los críticos como «la primera autobiografía colectiva», describe a la propia Ernaux ya la sociedad francesa en general desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el siglo XXI. «Mémoire de fille» – «Historia de una niña» – de Ernaux, de 2016, sigue la mayoría de edad de una mujer joven en la década de 1950, mientras que «Passion Simple» – «Simple Passion» – y «Se perdre «- «Getting Lost» – que da cuenta del romance de Annie Ernaux con un diplomático ruso.
- https://www.dw.com/es/qui%C3%A9nes-eran-los-discapacitados-que-mataron-los-nazis/a-38669593
- Sobre todo, en la última década ha existido una explosión de series, documentales y remakes de creaciones vinculadas a lo que Israel denomina Holocausto. En cadenas como Netflix, Amazon prime y la industria cinematográfica estadounidense se suceden los títulos. Fauda. El último tren a Auschwitz. Escape de Sobibor. El Pianista. La Lista de Schindler. El Hijo de Saúl. El libro negro. La zona gris, Resistencia. El diario de Ana Frank y así suma y sigue. Pregunte usted qué películas se han hecho en Hollywood sobre Al Nakba, sobre los crímenes del sionismo contra el pueblo palestino…
- https://www.akal.com/libro/la-industria-del-holocausto_34967/ Norman G. Finkelstein expone la tesis de que la memoria del Holocausto no comenzó a adquirir la importancia de la que goza hoy día hasta después de la guerra árabe-israelí de 1967. Esta guerra demostró la fuerza militar de Israel y consiguió que Estados Unidos lo considerara un importante aliado en Oriente Próximo. Esta nueva situación estratégica de Israel sirvió a los líderes de la comunidad judía estadounidense para explotar el Holocausto con el fin de promover su nueva situación privilegiada, y para inmunizar a la política de Israel contra toda crítica. Así, Finkelstein sostiene que uno de los mayores peligros para la memoria de las víctimas del nazismo procede precisamente de aquellos que se erigen en sus guardianes.