“Alicia en el país de las maravillas” festejó sus 150 años. Sin duda, uno de los libros más enigmáticos de la literatura, un agujero negro que lo devora todo
Aquí todos estamos locos
L. Carroll/Alicia en el país de las Maravillas
1.
A todos nos gusta Alicia. Al menos a todos los que alguna vez la hemos visto correr por ahí. Yo no sé dónde ni cuándo la conocí pero desde el principio pude advertir esa suerte de magnetismo que su presencia esconde. Todos hemos caído alguna vez en ese agujero, en esa trampa de su edad, y ninguno ha salido intacto de sus frases cargadas de misteriosos enigmas y revelaciones profundas, de sus personajes retorcidos, de los sueños y pasadizos recorridos a lo largo de un libro que acaba de cumplir 150 años.
2.
El pasado 25 de noviembre se cumplieron los 150 años de Alice’s Adventures in Wonderland, de Lewis Carroll, un libro que sin duda alguna ha alcanzado la dimensión de libro de culto, la dimensión de un agujero negro que ha devorado nuestros mejores años y nuestra conciencia atribulada por las alucinaciones. Su brillo no proviene de la explosión de una estrella muerta, es la luz de un cometa radiante que viene directamente a estrellarse contra nosotros. En lossurreales y crípticos ires y venires de Alicia por ese extraño mundo subterráneo podemos advertir millones de presencias, un libro que es un cráter profundo del que nadie sale nunca, allí, todo lo que entra se transforma y se confunde; su encanto y su delirio permanecerán brillando para siempre.
3.
La niña gigante o diminuta enfrentada a muerte con una reina loca fue creada por el inglés y escritor, matemático, fotógrafo y diácono anglicano Charles Lutwidge Dodgson (Lewis Carroll, de quien se llegó a decir incluso que era el mismo Jack el destripador por las claves que había escondido en su libro). Durante un paseo en bote por el Támesis, la tarde del 4 de julio de 1862 Carroll inventó la historia para divertir a Alice Pleasance Liddell y a sus hermanas, unas niñas muy fotogénicas si se quiere. Fue una historia nacida de buenas a primeras, aunque al día siguiente nuestro amigo ya estaba sobre el papel dale que dale, dando forma a semejante criatura. Para la navidad de 1864 en una hoy desaparecida versión más breve y de su puño y letra, Carroll tuvo listo el libro que le dio como regalo a la maravillosa niña.Aquí puedes encontrar esa extraña versión:
4.
Tiempo después y no sé muy bien por qué —¿las fotos tomadas?, ¿una insistente petición de matrimonio? —, la familia de Alicia rompe toda relación con Carroll y le destruye el corazón. A finales de 1865, —se llegó al común acuerdo de que fue un 25 de noviembre—, algunos años después de esa primera línea en la que la historia de las historias cambió, se llevó a cabo la primera impresión del libro –del que hoy tan solo se conservan 25 copias originales-. En un principio las cosas fueron desconcertantes, pero para 1898, cuando Carroll muere célebre y rico, Aliciaya era libro famoso e inclasificable, del que Borges celebraba“Los sueños profundos que pueblan su soledad”, como corroborando los pensamientos de Carroll cuando manifestaba: “Me alegra que mis libros produzcan placer, pero no son una lectura muy saludable”. El diagnóstico de Carroll, acaso ya atribulado por todo el éxito generado por su creación, no alcanzaría para frenar el exagerado número de pijamas, toallas, rompecabezas, relojes y más relojes, figuras articuladas y todo tipo de souvenirs con la imagen que Disney creo como referencia.
5.
Como todos los grandes éxitos de su género, Alicia en el país de las maravillasno es un libro infantil (“No son libros infantiles, son libros que nos convierten en infantes”, precisó Virginia Woolf en su introducción a la obra completa de Carroll). Alicia es ante todo un agujero infinito cargado de significados y claves que van desde el juego de palabras, pasando por los problemas matemáticos, hasta la sátira política más cruda. Alicia, también, está inevitablemente adelantada a sus tiempos y anticipa la alucinación psicodélica que llevaría a Carroll a ser uno entre tantos en la portada de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles. Desde entonces a Alicia la honran películas mudas y parlantes, dibujos animados, mangas y cómics, canciones y álbumes (títulos de Jefferson Airplane, Tom Waits, Marilyn Manson, Bill Evans, Bob Dylan, Chick Corea, videoclips de Aerosmith y Tom Petty y muchos otros se nutrieron de ella), parodias y secuelas (a destacar la de Hugh Munro, Saki), gastronomía experimental, musicales y ballets, fantasías steam-punk, videojuegos y juegos de rol, reescrituras nazis, apropiaciones de Salvador Dalí y pinturas de Balthus, estatua en el Central Park y parques temáticos, y guiños de James Joyce, André Breton, Jorge Luis Borges, Gilles Deleuze, Paul Auster, Agatha Christie, Jeff Noon y Vladímir Nabokov, quien la tradujo al ruso como Anya antes de —con modales muy carrollianos— dar a luz a su propia Alicia: Lolita.
6.
El pastel de hongos horneado por el siglo y medio de edad ya ha dilatado todas las pupilas, una serie de homenajes se celebran en todo el mundo (una exposición de manuscritos y fotografías en la Morgan Library de New York) y reediciones varias. Homenajes y fiestas que no dejan naipe vivo, taza de té sin servir, gran huevo sin romper, sopa de tortuga falsa sin sorber o gatos sin sonreír.
7.
Siempre voy a sentir una fascinación enorme por esa oruga fumadora de opio —porque es opio lo que fuma— una especie de guía espiritual que le aconseja a Alicia, mediante las más difíciles de las preguntas sin respuesta. Una de ellas es, por supuesto, “¿Quién eres?”. A la que Alicia responde con un “¿Quién soy? No puedo explicar quién soy, porque yo no soy quien soy”.
Y, bueno, creo que podría decir que yo tampoco.
Para generar estas dudas, para enfrentarnos a nuestros propios agujeros y conejos y relojes, para derribar todos los castillos de cartas es que existen libros como este, atemporales, magníficos y para todas, todas las edades. Esos libros que son alucinógenos, que son como una puerta ante el espejo.
Por: John F. Galindo en Las2Orillas