Dostoyevski manifestó que los hombres aman los razonamientos abstractos y las sistematizaciones bien elaboradas, al punto de que no les molesta deformar la verdad; cierran los ojos y los oídos a todas las pruebas que los contradicen con tal de sustentar sus construcciones lógicas.
Su trabajo literario destrozó la mente y el corazón de los humanos a través de evidenciar los conflictos que encierra la mente cuando ésta se sumerge en sociedad. Fiódor Dostoyevski añadió la dimensión psicológica a su práctica narrativa; cada uno de los análisis de los conflictos de cada uno de sus personajes los observa desde su propio interior. Análisis que cuestionan la moral.
Los manuscritos originales del ruso son una muestra del razonamiento y sistematización que cada uno de sus trabajos necesitaba. En los borradores de sus novelas, Fiódor desarrollaba la historia no sólo a partir de palabras sino de dibujos; ilustraciones que significaban un descanso, más no distracción, en el procesos de escritura.
Los “garabatos” pertenecen a los momentos en los que el escritor trabajaba en la protonovela, es decir, la obra antes de la obra, mientras dibujaba cuando las palabras se atascaban, como una manera de volver a centrarse en el trabajo a través del trazo de alguno de sus personajes.
Los dibujos fueron expuestos hace unos años por el Harriman Institute of Russian, y el East European Studies de la Universidad de Columbia de Nueva York.