Este es el foco de un proyecto de investigación y escritura que fue financiado en el último ciclo del Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura de Chile. La iniciativa cultural surguió bajo el alero de la Biblioteca Conmemorativa José María Arguedas de la Biblioteca Nacional y cuenta con la participación de Sybila Arredondo, viuda del célebre escritor peruano y editora de sus obras completas. El equipo es dirigido por el académico e investigador universitario -experto en la obra de Arguedas- Juan Escobar.
La iniciativa involucra adentrarse en la poca conocida -pero tremendamente importante- relación de Arguedas con Chile, a través de la conversación con cerca de una docena de chilenos y chilenas que fueron cercanos a él.
“Después de mi propia tierra, nada ni nadie hizo más por mí que este maravilloso pais en que la civilización no ha aniquilado lo fraternal, lo espontáneo.”, decía de Chile hace más de cuatro décadas el escritor peruano, al contestar una pregunta del entonces jovencísimo escritor Ariel Dorfman, quien en la ocasión escribía para la revista valdiviana Trilce.
Hoy Dorfman, en la cúspide del éxito como escritor y dramaturgo, al ser contactado para este proyecto, comparte desde una universidad de Estados Unidos un texto en que confiesa que tiene “una deuda que no acaba de pagar” con el peruano muerto trágicamente el año 1969, a quien califica hoy como el “novelista y antropólogo que revolucionó el campo literario latinoamericano y modificó drásticamente la manera en que percibimos a los pueblos originarios del mundo”.
“¿Hay alguien más relevante en este tiempo en que la especie se encamina hacia el apocalipsis?” se pregunta Ariel Dorfman, quien confiesa:
“No supe estar a la altura de su visión, no fui capaz de aceptar con humildad el regalo híbrido y ambicioso y trastornante que me estaba ofreciendo a mí y al mundo”.
¿Por qué motivo el escritor y dramaturgo chileno se siente en deuda con quien, a pesar de la diferencia de edad, eran entrañables amigos? ¿Y por qué le asigna tal relevancia?
¿Qué relación tuvo Arguedas con los hermanos Nicanor y Roberto Parra? ¿Que vio en la siquiatra Lola Hoffman, quien le ayudara varias veces a resucitar de sus depresiones? ¿Y en Sybila Arredondo, a quien conoció en la casa de Pablo Neruda y con quien posteriormente compartió la vida?
A éstas y otras preguntas tratarán de encontrar respuesta el equipo que recientemente obtuvo el apoyo del Fondo del Libro y que cuenta con el apoyo de la Biblioteca Conmemorativa José María Arguedas.
SIGUIENDO LOS PASOS PERDIDOS DE ARGUEDAS
No es poco lo que se sabe de las relaciones de Arguedas con Chile. Pero hay vacíos e información no del todo exacta. Y ciertamente un gran potencial de reflexión sobre la trascendencia de Chile en su obra, y de su obra en Chile.
El equipo del proyecto, cuyo nombre es “José María Arguedas en Chile. Valoración del vínculo que estableció el autor con el país”, hace algunos meses comenzó la investigación preliminar y ha contactado a cerca de veinte personas que tuvieron relaciones de amistad, académicas y/o laborales (ámbitos que por supuesto frecuentemente se sobreponen) y que han aceptado participar.
Entre los hechos que se quieren corrobar está el que la primera visita a Chile de José María, que se pensaba había tenido lugar para el Encuentro de Escritores Latinoamericanos de Concepción del año 1962, fue en realidad el año 1953, con ocasión de un tradicional “Mitote” organizado por el folklorista Oreste Plath en su casa de Santiago. La información fue entregada con ocasión de la celebración de los 100 años del nacimiento del escritor peruano por Karen Muller, hija del folklorista, una de las entrevistadas del proyecto, quien además puso a disposición una tarjeta de invitación al evento y una fotografía de los asistentes al mismo. Ambos objetos serán parte de una exposición que será presentada a fines de año en la Biblioteca Nacional y que complementa el libro.
Otros personas cuyos testimonios serán recogidos incluyen a Nicanor Parra, Catalina Rojas (viuda de Roberto Parra), Pedro Lastra, Ariel Dorfman, Nelson Osorio, Carolina Tellier y Sybila y Marcial Arredondo.
La Biblioteca Conmemorativa José María Arguedas cuenta con un ríquísimo acervo de más de quince mil volúmenes del mundo rural e indigena latinoamericano”. Entre las colecciones destacan las de ‘Vino y Vinicultura’, las de ‘Reforma Agraria’ y las de ‘Agricultura Chilena en el Siglo XIX’.
Según indica la página web de la Biblioteca Nacional “esta unidad lidera el trabajo de valoración del patrimonio vitivinícola chileno, asumido en 2012 por la Biblioteca Nacional de Chile, con el fin de levantar su postulación a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco”.
Fundada en 1988 por el geógrafo, escritor y poeta Rafael Baraona Lagos -amigo y admirador de Arguedas-, la colección se albergaba hasta ahora en una casa de la ñuñoina calle Holanda. En estos días comienza su traslado a sus nuevas dependencias en la Biblioteca Nacional, institución de la cual depende desde 1993.
“Investigar la relación de amistad que mantuvo José María con Chile, era un imperativo cultural, después de dos décadas de funcionamiento de esta biblioteca que lleva su nombre y que aborda temas que para él eran tan sensibles como la relación de las comunidades campesinas e indígenas con la tierra”, señaló Rodrigo Aravena, director de la unidad.
El Ciudadano