Por Jose Antonio Luna en Hipertextual
Las mejores películas del cine no solo definen su grandeza a raíz de un único elemento, es la unión de factores como la música, el guion o la dirección los que provocan que se termine realizando un producto único en cuanto a sus características, y la fotografía será una de éstas.
Así, lo importante no será únicamente posicionar una cámara en un lugar concreto, sino que ese encuadre también aporte algo de modo narrativo. Es decir, los elementos mostrados no están ahí por puro azar, nos transmiten aspectos de la esencia del film.
Los directores se encargan de recordarnos que los clásicos patrones del cine basados en reglas como la proporción aurea siguen funcionado. Son premisas muy básicas, pero al mismo tiempo eficientes. Debido a ello, en ocasiones existen largometrajes que enamoran, cuyos planos están milimétricamente estudiados, y eso es algo que, inevitablemente, se transmite al espectador.
La imagen en el cine, al igual que puede ocurrir en la vida real, en ocasiones nos cuenta más que las propias palabras. Solo es necesario ver cierto gesto de un actor, o mostrar un objeto con un encuadre determinado, para que éstos terminen adquiriendo un gran valor en la historia.
Los encuadres fotográficos estarán así motivados por muchos factores, los cuales tendrán su razón de ser en aquellos sentimientos que se deseen transmitir.
Por ello, hemos querido agrupar algunas películas o directores cuyas caracterísicas coinciden con lo que anteriormente hemos mencionado, y que sin duda, ayudan a que sean considerados como productos únicos en su especie.
Drive
La película de Nicolas Winding despertó tanto adeptos como detractores. Pero nuestra intención no es evaluar su historia, sino la estética, un punto donde creo que Drive sobresale.
Como podemos ver en el video, el plano de cada escena está pensado como si fuese una cuadrícula, en la cual se muestra el contraste entre dos aspectos, se revela información adicional sobre los personajes, o incluso se cuenta una historia paralela a la del protagonista principal.
Kubrick
A estas alturas ya nadie duda de la obsesión de Kubrick por el cine, la cual en ocasiones resultaba incluso excesiva. Las numerosas tomas realizadas para una escena, o los límites que hacía pasar a algunos de sus actores, revelan cómo el director buscaba configurar un producto casi perfecto.
Por lo tanto, los planos de Kubrick intentarán ir más lejos que los de cualquier película convencional. Los puntos de fuga de la imagen, las formas (como por ejemplo la de la alfombra en “El resplandor”), o incluso los colores, serán elementos empleados para transmitir una determinada sensación.
Wes Anderson
Wes Anderson es el maestro de la simetría. No solo es una técnica empleada en una de sus películas, sino que la mayoría de sus filmes estarán marcados por esta particular forma de componer la imagen.
Los resultados son los de unos planos excesivamente cuidados, que ofrecen la misma información en la derecha o la izquierda, o arriba y abajo. Como consecuencia, los elementos se encuentran totalmente compensados, otorgándonos una imagen en completa armonía.
Tarantino
Resulta casi inevitable incluir a Tarantino dentro de este apartado. El director ha sabido marcar todas sus obras de un matiz muy particular, que algunos han llegado incluso a definir como “el estilo Tarantino”.
El plano contrapicado es uno de los sellos de identidad del autor, el cual emplea en momentos muy puntuales para otorgar a lo que vemos un gran dramatismo. Los arriesgados encuadres utilizados por Tarantino reflejan cómo son escenas que el propio director tiene en su propia mente incluso antes de que ésta sea grabada.
Scorcese
Aunque no se duda de las capacidades de composición en las películas de Scorcese, lo cierto es que éstas van a estar especialmente marcadas por unos cánones en cuanto a la forma de edición.
Así, se emplearán algunas técnicas como la camara lenta, el dejar una imagen congelada mientras el sonido continua, o el uso de flashes de cámaras como recurso de transición.
Paul Thomas Anderson
Al igual que ocurría con Scorcese, creo que en los largometrajes de Paul Thomas Anderson se destaca más por las técnicas de edición. Solo hay ver el inicio deMagnolia y recordar cómo el director es capaz de situarnos en el contexto de una historia en cuestión de pocos minutos.
Además, la música será un recurso muy utilizado para otorgar énfasis en aquellas escenas especialmente relevantes, llegando en ocasiones incluso a sustituir al sonido principal (como ocurre en “Pozos de ambición”).
Breaking Bad
Aunque no se trata de un largometraje, creo que Breaking Bad se merecía un hueco en esta lista. Vince Gilligan empleará en su serie muchas de las técnicas utilizadas por Tarantino, pero dándoles un toque personal.
Ver un plano a través de una mesa de cristal, o cómo la cámara se sitúa en un falso suelo, es algo que el autor de personajes como Walter White ha hecho realidad.