En el 16° Juzgado con rol C-020416 fue presentada una demanda civil en contra de Schkolnick y Cía. Limitada y todos quienes resulten responsables de su revista llamada MALA Magazine, debido a la vulneración de la propiedad intelectual hacia revista MALA, publicación original que se funciona ininterrumpidamente desde el 2010, revista temática y bimestral, que cumple con toda la normativa vigente que exige la ley de prensa, y que posee destacados columnistas que van desde Raúl Sohr hasta Ana Tijoux, pasando por destacados dirigentes sociales y sindicales.
Gabriel Schkolnick, responsable de la copia llamada MALA Magazine, lanzada al mercado en diciembre de 2013, no sólo ha copiado el nombre de la revista sino que también el logo, la presentación e incluso los colores corporativos, motivo por el cual Nathaly Jones, creadora y directora de revista MALA, se dirigió personalmente y de manera muy protocolar a pedirles que se cambiaran el nombre, pues más allá de las leyes que se estaban vulnerando, además estaban provocando una gran confusión en los lectores y columnistas producto de que MALA Magazine tiene una línea editorial totalmente opuesta y contradictoria con MALA. Lamentablemente Schkolnick y Cía. Limitada se rehusó a dejar de usar el nombre perteneciente a la publicación que dirige Nathaly Jones, así como también no aceptó ningún acuerdo prejudicial, motivo por el cual el equipo de MALA no tuvo otra alternativa que iniciar las acciones legales correspondientes en contra de la empresa, así como de todos quienes resulten responsables y cómplices.
Pese a estar notificados, y pese a que MALA sacó hace unas semanas un comunicado público para denunciar esta situación y aclarar las diferencias, MALA Magazine ha seguido operando impunemente, incorporando nuevos auspiciadores y figuras como Javiera Díaz de Valdés, y disfrazando su ilícito potenciando el nombre MALA MAG. Pero de acuerdo a lo que contempla específicamente la ley 17.336 sobre la propiedad intelectual, y que protege especialmente a los periódicos y revistas desde su primera publicación, no sólo prohíbe el uso del nombre sin el consentimiento de su creador, sino que también prohíbe cualquier tipo de adaptación o mutiliación del mismo. Por tanto, aunque hayan transformado un poco su nombre siguen cometiendo el mismo ilícito.
Es por toda esta situación que el equipo de revista MALA, acreditada para cubrir la FILSA 2014, se molestó mucho cuando al retirar las acreditaciones en la oficina de prensa, notó que la organización los tenía registrados como MALA Magazine, lo cual demuestra la realidad de la confusión que se genera. En ese momento, además fueron alertados de que MALA Magazine, a pesar del proceso judicial vigente en su contra, estaba jactándose públicamente en las redes sociales que estaban instalados en la FILSA 2014 en el stand de la editorial HUEDERS, comercializando su revista a $6.500.- siendo que hasta ahora MALA Magazine se distribuye gratuitamente a través de suscripciones.
Frente a la gravedad y la paradoja de que ellos se instalaran con total impunidad en la FILSA 2014, evento de gran importancia nacional e internacional, donde para todos quienes participan, escritores y editoriales, la ley 17.336 sobre propiedad intelectual es especialmente sensible, especialmente grave, pues como es sabido, el trabajo de todos los participantes de FILSA está protegido gracias a esta ley y es una conquista del mundo editorial que le permite a todos y todas trabajar y publicar con toda seguridad sus obras.
Es por esto, que el equipo de revista MALA se comunicó con la organización de FILSA para poner en conocimiento de toda esta situación, ante lo cual de manera muy rápida y eficaz, la Gerente de la Cámara Chilena del Libro, Paulina Retamales, tras haber revisado y confirmado los antecedentes, tomó acción sobre esta situación y confirmó el día de ayer que MALA Magazine fue expulsada de FILSA 2014.
Nathaly Jones, directora de revista MALA, se mostró muy conforme con esta decisión y señaló que “estoy gratamente sorprendida con la rapidez, eficacia y actitud con la cual actuó la encargada de prensa de la FILSA, Magdalena Carvallo, y Paulina Rematamales, la gerente de la cámara, quien tuvo la deferencia de además comunicarse directamente conmigo. Creo que este tipo de acciones son un gran respaldo para el mundo editorial y posiciona a la Cámara Chilena del Libro como una institución que vela por el cumplimiento de nuestros derechos garantizados en la Constitución”.
Finalmente, Nathaly Jones indicó que posee registrada su marca MALA en INAPI, por lo que no descarta iniciar adicionalmente una demanda por propiedad industrial. “Queríamos evitar llegar a este punto, pues a nosotros también nos molesta mucho tener que entrar en este plano… pero lamentablemente Gabriel Schkolnick no me está dejando más alternativas, pues no se trata sólo de defender nuestro nombre, sino que todo nuestro contexto y el duro trabajo de autogestión que hay detrás.”