Grandes eran las expectativas en Valdivia para ver lo nuevo de Ernesto Díaz y Marko Zaror, sobre todo tras Mirageman (2007), la película del enmascarado superhéroe y sus travesías por un Chile que poca cabida le daba al bien que él representaba. Con ella -y con Kiltro (2006) antes- esta dupla dio cuenta no sólo de un buen manejo del género de acción, sino también de una inédita habilidad en nuestro cine de acomodar con justeza un género dentro de la idiosincrasia y realidades locales, creando en sus filmes una ironía sobria que hacía falta.
Mandril (2009) sigue esos mismos pasos, a través de un vengador implacable -una cruza entre James Bond y Harry el Sucio– que busca al tuerto que mató a sus padres cuando él era un niño.
Con personajes con menos relieve dramático, aunque no con poco humor, el filme se enfoca más en hilvanar mejor la aventura y configurar una acción que no decaiga. Para ello, Díaz se vale de muchas citas a filmes del 007, de Sergio Leone y hasta Hitchcock. Pero a la larga tantos guiños hacen que Mandrill pierda algo de esa frescura de Mirageman, esa originalidad que la volvía cercana y entrañable.
De todas formas, sacó aplausos de la galería en Valdivia y los sacará también cuando se estrene comercialmente en el verano. Pero dudas quedan en cuanto a si la fórmula da para una película más, porque en ese sentido Mirageman se ve insuperable. ¿Díaz pordrá seguir creciendo más entre los muros del cine de acción? No estaría mal ya ver su innegable talento en otros rumbos.
Dirección: Ernesto Díaz
Guión: Ernesto Díaz
Reparto: Marko Zaror, Celine Raymond, Alejandro Castillo, Luis Alarcón
Duración: 100 minutos
Por Marcelo Morales
Colaboración de www.cinechile.cl
Filmonauta N°2, noviembre 2009
El Ciudadano N°74