Al escuchar su nombre la asociación al norte se hace instantánea, y al verlos y escucharlos el cuerpo pide moverse, pide saltar y asaltar los ritmos que entregan, y que han sido parte de un trabajo largo, que ya tiene 21 años y que los encuentra en plena labor. Así lo explican dos de sus integrantes, Alberto “Tyco” Ramírez, director y músico, y Pedro Aceituno, productor y músico.
El primero señala que “estamos en un proceso de emprender aventuras de investigación, de intercambio y del compartir con diversas comunidades andinas. Ahora en febrero, viajamos nuevamente a Bolivia específicamente a Charazani, a impregnarnos de sus toquíos y costumbres tradicionales, creemos que este tipo de experiencia es de vital importancia para reforzar las proyecciones para el presente año: la producción de un nuevo disco, el viaje que hicieron al 6º Encuentro de Sikuris Mataphi en Buenos Aires y por supuesto los eventos propios del circuito cultural nacional”. Y que Aceituno complementa al decir que “dentro de la actualidad de Manka Saya, adquiere relevancia la proyección que se le está intentando dar al trabajo, en el sentido de mostrar nuestra puesta en escena fuera del espacio cultural metropolitano.
En este contexto han destacado las participaciones de la agrupación en el carnaval de los mil tambores 2008 y 2009, en Valparaíso, además de Concepción y nuestros viajes en febrero pasado a Oruro y en agosto al 5º Mathapi, desarrollado en Buenos Aires. Tal como cuenta Tyco, producto de una invitación enviada desde Charazani, estamos trabajando para poder asistir a los carnavales a compartir música y amistad y aprender de la sabiduría de los abuelos y autoridades, producto de este puente que nos han tendido”.
¿Cómo ha sido la labor de presentar los sonidos andinos en Santiago y otras localidades?
Tyco: Manka Saya establece el “tambo”, la fiesta, como un espectáculo y lo pasea por diversos espacios en la capital como a diferentes ciudades del país, siempre en la intención de poner los ritmos andinos y de insertarlos en el espectro de la música popular y bailable. Es así como tinkus, huaylas, morenadas, takiraris y otros, como las infaltables cumbias andinas, interpretadas con su particular rítmica y sonoridad, propias de las comparsas de laquitas son llevados a escenarios tradicionalmente utilizados por conjuntos dedicados a un repertorio más popular. Este carnaval ya está prendido, ya es urbano, es también capitalino; la gente lo ha incorporado.
Aceituno: Es particularmente llamativa la reacción que produce la fiesta de Manka Saya con públicos que no están tan habituados a estos sonidos y a esta forma de elaborar la música, a una forma de entrar al escenario diferente a los conjuntos populares. Es recurrente, dentro de los grupos de lakas, tipo de ensemble tradicional al que corresponde el Manka Saya, entrar al escenario “moviendo” el sonido y así la fiesta.
Es una forma natural en las festividades de los pueblos, pues sirve de “llamado” y acto inaugural de la fiesta y su efecto se asemeja al observado en la capital.
¿Qué rol ha jugado su trabajo en el proceso actual de mayor valoración, respeto y gusto por los ritmos nortinos?
Tyco: Esta forma de expresión musical de unir lo tradicional con lo popular, fue adquiriendo la aceptación del público que asistía a los diversos lugares en donde tocábamos; tal es así, que en 1992 Sony Music nos incorpora a su catálogo para hacer el primer registro llamado “Tambo”, posteriormente grabamos “Carnaval, fiesta de las anatas”, luego siguieron algunos compilados. Con los ímpetus y el afán de ir consolidando este proyecto, tomamos la decisión de hacer nuestras propias creaciones de los compañeros José Riquelme y Eduardo Pizarro, ganando el 2001 el concurso del Sello Azul con “Surcos Morenos”, una fusión de sonidos, en el intento de mostrar la gama de instrumentos que coexisten en la música nortina, desde las cuerdas, pasando por los de percusión y llegando hasta los aerófonos andinos, incluyendo además los bronces.
Aceituno: Fuera de esto creo que uno de los principales aportes a la valoración del patrimonio cultural y específicamente musical del mundo andino dice relación con los pasacalles. Es, a mi juicio, Manka Saya una agrupación que ha hecho dos grandes aportes a la escena cultural santiaguina; una es la introducción del “tambo” como formato de fiesta/celebración y el pasacalle como forma de llevar música a los contextos más diversos que requiera el espíritu humano, desde la “purificación” de los camarines del Estadio Nacional en marzo de 1990 o la conmemoración de los 500 años de la llegada de Colón, el 12 de octubre de 1992, hasta un pasacalles de tarkeada en la Población Angela Davis de Recoleta hace dos meses; creo que muchas agrupaciones, como Chin Chin Tirapié, por ejemplo, son herederas del pasacalle que trajimos desde Iquique.
¿Se sienten ligados de alguna manera a esa idea o a la búsqueda de una posibilidad de festejo que han trabajado otras bandas?
Tyco: La música que interpretamos es tradicional, y como ocurrió a partir de mediados de la década del 70 en Iquique, las bandas andinas se tomaron la escena popular justamente con música y ritmos tradicionales, repletando el tambo del Bodegón, como ocurre actualmente en el Galpón Víctor Jara; ya en esos años las comparsas de lacas tocaban mucha cumbia en su particular estilo, cuya forma musical fue adoptada por los cultores de las comunidades aymaras. Por tanto, podemos decir que en la música coexisten una diversidad de ritmos y formas que se potencian y conviven en esta tremenda fiesta y carnaval, como lo es cuando compartimos con Banda Conmoción, Chico Trujillo, JuanaFe, La Mano Ajena, Villa Cariño, La Deuda, entre otros.
Aceituno: Una de las apuestas fundamentales para mantener viva la propuesta de Manka Saya dice relación con tender constantes puentes con otras agrupaciones y así con audiencias que no son las habituales de la música andina. Cada estilo genera ciertos universos de seguidores o espectadores y nuestra propuesta ha sido romper con esas barreras, lo que nos ha generado posibilidades muy enriquecedoras para la banda. Mucha gente que jamás habría ido a un local de música andina ha conocido el trabajo de Manka Saya en fiestas y celebraciones no exclusivamente “foklóricas” donde hemos sido invitados y muy bien recibidos por el público. Parte de esos puentes, tienen su otro extremo, no desde el punto de vista de la audiencias sino de los músicos, cuando Tyco graba un tambor en el último disco de Juana Fe o yo una flauta de chinos para el single del disco de La Mano Ajena.
¿Qué viene para lo que queda del 2010?
Aceituno: Nuestro esfuerzo, como decíamos, se centrará tanto en poder elaborar y registrar un nuevo disco, que incluya motivos tradicionales y creaciones del grupo, como además poder continuar con la proyección de nuestro trabajo a todos los escenarios donde nuestras posibilidades lo permitan. Soñar no cuesta nada y nuestros sueños no se acaban en las urnas.
Onda Corta
El Ciudadano