Manuel Sánchez, un hacedor popular

Payador, poeta popular, trovador, cuequero, guitarronero, dj de la palabra y muchos intentos de definición se entregan cuando uno pregunta por Manuel Sánchez, un creador -concepto que creo engloba todo lo anterior- de destacada trayectoria nacional e internacional, con cerca de trece años de fructífera actividad artística, con presencia en innumerables escenarios que han hecho […]

Manuel Sánchez, un hacedor popular

Autor: berenguer

Payador, poeta popular, trovador, cuequero, guitarronero, dj de la palabra y muchos intentos de definición se entregan cuando uno pregunta por Manuel Sánchez, un creador -concepto que creo engloba todo lo anterior- de destacada trayectoria nacional e internacional, con cerca de trece años de fructífera actividad artística, con presencia en innumerables escenarios que han hecho que hoy sea conocido y reconocido por sus pares como el mejor payador de Chile y uno de los más destacados en Latinoamérica y quien no para de seguir, concienzudamente y sin buscar aplausos vanos, con su labor que lo tiene enfrentado a un nuevo disco solista, a presentaciones y talleres: ”Estoy comenzando a grabar mi tercer disco solista, en el que van a estar mucho más marcadas las influencias de otros estilos musicales como el rock, el hip-hop, el blues, sin alejarme por supuesto de los ritmos tradicionales que son parte de mi por naturaleza. Es una mezcla extraña en donde por ejemplo se unirá el blues con el guitarrón, ritmos rockeros con letras en décimas o cuecas con saxo, piano y contrabajo. Eso por una parte, además estoy tocando mucho en vivo, ya sea en el formato de encuentro de payadores donde comparto escenario con algunos de distintos lugares del país y con mi propuesta de solista, en donde muestro mis canciones que van desde la trova a la cueca, pasando por el sonido del guitarrón ya sea en composiciones que están en mi disco más reciente como también improvisando versos con propuestas del público, lo que en el lenguaje ‘payadoril’ le llamamos pie forzados. Eso a grandes rasgos, mucho concierto fuera de Santiago y uno que otro fuera del país, además de algunos talleres de poesía, guitarrón y guitarra traspuesta.

Un de los conceptos que usas para definir tu trabajo, habla de ser un “Dj de la Palabra” ¿Puedes explicarlo?

Lo más importante o representativo de mi trabajo es la palabra, más que la música, que incluso pasa casi a un segundo plano acompañando la palabra, es decir, le pongo música a las palabras, que ya son bastante musicales porque la mayoría de mis composiciones están en el ritmo de la poesía popular que son frases o palabras concebidas para ser cantadas, sin embargo, son primero que todo palabras. En ese sentido es que hago esa analogía con los DJ oficiales que programan música y mezclan sonidos, y que para hacerlo deben tener a su disposición mucha música para mezclar; yo hago lo mismo pero con las palabras, puesto que en mi oficio de payador debo tener un amplio repertorio de ellas para mezclarlas y lograr el efecto que quiero.

Pero Sánchez no se caracteriza solamente por su capacidad de trabajo y por un uso de un lenguaje amplio e intencionado, sino que también ha usado su palabra para cuestionar y criticar lo que hoy sucede en Chile con la cultura y la política, por eso cabe preguntarle qué le parece que su trabajo sea premiado con un Altazor y no sea considerado par las actividades oficiales de la cultura o del día de la música: “Es algo que ya no me sorprende, es parte de esta nueva dictadura dirigida por los medios de comunicación en donde dos o tres personas deciden quienes deben estar y quienes no. Lo que si me molesta es que me utilicen para lavar su imagen y decir que estamos inmersos en un medio en donde se respeta la diversidad y que todos estamos siendo representados en sus actos oficiales pero no es así, hay una falta de respeto mayúsculo hacia un grupo importante de personas que siguen tu música y tus palabras, y que inocentemente, en la calle, te dicen: ‘estuve en esa fiesta y esperaba verte ¿por qué no participaste?’. Entonces, desde ese momento, no vale de nada que tus propios pares, que sin duda es la gente que más sabe de música, te premie con un Altazor porque los que deciden son otros, que saben mucho de marketing pero de nada más. En ese tipo de actividades hay artistas que no deberían estar ausentes como Payo Grondona, Shwenke y Nilo, Arak Pacha, verdaderos representantes de la música andina, Quelentaro y Pedro Yáñez, un personaje relevante en la historia del folclor chileno, por nombrar a algunos”.

En ese mismo sentido ¿qué mirada tienes sobre el rol de la actividad cultura ligada a la política?

Creo que hoy en día hay muy poco de eso, los movimientos políticos se han farreado la posibilidad de trabajar con los artistas en general, no solo con los músicos, porque la actividad política hoy apunta hacia otro lado, es la persecución del poder por el poder sin la más mínima intención de mejorar la calidad de vida de las personas. El único objetivo es hacerle muecas obscenas al de la vereda de enfrente, jactándose de que son mayoría popular sin consideración alguna por esa mayoría popular. Las contadas actividades culturales financiadas por la política, en este caso el gobierno, están en manos de productoras estafadoras de artistas, por lo mismo, soy un convencido de que cada día los actores culturales estamos más lejos de los bufones de la política.

Y lejos de ese mundo de corruptela, ¿qué te parece el desarrollo musical que se da actualmente en Chile? ¿Hay bandas o solistas que destacarías?

He sido testigo del resurgimiento de la actividad cultural musical de este país, a pulso y autogestionada, por lo mismo con más fuerza y calidad, porque no está intervenida por productores que solo quieren vender discos. La música chilena está recuperando los oídos de un público cansado de lo mismo en las radios, hay una diversidad de estilos y un profesionalismo que sin duda está escribiendo una nueva historia. En cuanto a bandas o solistas yo soy bastante fregado en mis gustos personales y me cuesta mencionar a alguien, sin embargo, por el lado del rock, mezclando música y letras, creo que Mauricio Redolés corre con ventaja, seguido por Colombina Parra y Los Ex. Si tuviera que mencionar a otros sería a los próceres como Congreso o Carlos Cabezas. Por el lado de los estilos fusionados y propuestas novedosas debo nombrar a la Banda Conmoción. También debo nombrar a Guerrillerokulto en el mundo del hip hop. En el folclor, Los Afuerinos, Anita Flores y una mujer joven que está haciendo un trabajo muy interesante que es de Concepción y se hace llamar La Chinganera.

El domingo te escuché cantar «El Alejo» en el barrio Yungay, después de mucho tiempo, y la letra me sonó de una vigencia total, ¿qué te parece eso a ti, que todo lo que allí expresas siga pasando a diario en nuestras calles y ciudades?

Eso demuestra que en este país hay cosas que no cambian y una de ellas es la desigualdad social y la forma en que se miden los pecados de los pobres y los pecados de los ricos, en este país hay ciudadanos de primera, segunda, tercera y cuarta categoría y al parecer a nadie le interesa, decimos ser solidarios pero solo lavamos nuestra imagen con ‘teletones’ y cosas por el estilo. No quiero compararme, porque tampoco tengo con que, pero pasa lo mismo cuando escuchamos una canción de Violeta Parra donde dice «miren el entusiasmo por la sentencia, sabiendo que mataban a la inocencia» o cuando la misma Violeta dice «linda se ve la patria señor turista pero no le han mostrado las callampitas». Eso seguirá pasando y nuestro deber como artistas populares es seguir denunciando eso, seguir siendo la voz de un pueblo al cual quieren enmudecer.

Onda Corta
El Ciudadano


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