Marissa Alaffita habita el espacio seguro que inspira la poesía

Dentro de las diferentes disciplinas que forman parte de las artes y la cultura, cada vez más se ve mayor apertura a la participación de las mujeres, y la poesía no es la excepción, pues ha resultado ser una herramienta de enunciamiento para manifestarse sobre diversos temas y llevar un mensaje, que en ocasiones también es personal.

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Desde la perspectiva de la escritora y poeta, Marissa Alaffita, la escritura y la poesía muchas veces son generados por personas que viven una vida precarizada, lo que hace que dedicarse a esto sea un acto político que genera espacios de resistencia y sobre todo seguros para diversos grupos y sectores, como las mujeres.

«Es una herramienta de enunciamiento y aquí pienso que no podemos cancelar la idea de que lo personal es político, entonces sí se vuelve un espacio seguro para mujeres, disidencias, grupos vulnerados, minorías»

Marissa Alaffita
Escritora y poeta

En entrevista para El Ciudadano México, la también comunicóloga expuso que a través de la realización del festival de poesía Grita Como Niña, ha descubierto que año con año es más fácil encontrar mujeres que usan la poesía para expresarse sobre diversos temas, desde relaciones íntimas hasta abuso sexual.

Para ella, el surgimiento de espacios como éste, es lo que ha propiciado que aumente la participación femenina en esta escena cultural, que antes era ocupada por más hombres.

«La presencia de más mujeres facilita generar espacios seguros y contemplar el talento que antes era invisible por la falta de lugares que las cobijan. La generación de estos espacios ha propiciado que haya mayor afluencia de mujeres que se dedican a la poesía»

Expuso que en la primera edición de Ruge Como Niña, realizada en 2019, hubo muchas dificultades para lograr que mujeres se quisieran involucrar, pero este año contaron con 20 escritoras y poetas, de las cuales, 11 eran poblanas y el resto provenían de sitios como Estado de México, Chiapas, Hidalgo y Guanajuato.

Para ella, el camino en el mundo de la poesía inició en 2019 a raíz de la realización de un slam de poesía, y desde ahí comenzó a usar el escenario para hablar sobre temas sociales, relaciones personales, erotismo, el retorno a las raíces y la conexión con la naturaleza.

Usa recursos de lo cotidiano para dar a entender su mensaje, pues no está interesada en trabajar versos o contar sílabas, aunque sí usa figuras retóricas sin caer en la pretensión.

El panorama laboral

Es la primera en reconocer que quienes se dedican a disciplinas como el arte, literatura y poesía recurren constantemente a becas y apoyos para subsistir, mientras que hay otros que cuentan con respaldo de editoriales, pero no siempre ven grandes ganancias.

«Aunque estés contratado por una editorial, las grandes compañías que se mueven a nivel masivo sólo te dan 15% de regalías o menos», detalló al reconocer que un trabajo «alternativo» como oficinista o docente es el verdadero sustento principal de muchos.

«No vamos a vivir nada más de las letras. Tenemos que tomar otras herramientas, porque ya nadie lee. Creemos que la lectura solamente son impresos o sitios web, cuando en realidad ya hay una oferta más amplia que incluye audiolibros y videolibros»

Dedicada a la cultura y la lectura

A pesar de lo anterior, Marissa sostiene varios proyectos, entre ellos el Círculo de Lectura Amanoche, en el que se reúne semana a semana en diferentes cafés del Centro Histórico de Puebla para leer y discutir diversas obras.

Además de eso, en breve presentará una antología conformada por varias poetas llamada Ruge Como Niña, a través de dos editoriales, y otros eventos en espacios de poesía dentro de la ciudad de Puebla.

Ilustración: Iván Rojas/Fotos: Marissa Alaffita

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