Mauro Contreras, líder de Huinca: “En Chile hay bandas tan buenas como Metallica”

Mauricio Contreras (Mauro) es un tipo tranquilo, pero firme y radical en sus convicciones


Autor: berenguer

Mauricio Contreras (Mauro) es un tipo tranquilo, pero firme y radical en sus convicciones. Eso le ha traído complicaciones en la escena rockera nacional y en los giros que ha experimentado su vida. Pero también le ha forjado un espacio para su banda en la escena underground del rock chileno y ha abierto un camino para la proyección internacional.

Huinca, con un solo disco grabado (2003), es una banda con dos giras europeas encima, una brasileña, cinco incursiones en terreno trasandino y decenas de conciertos en localidades nacionales desde 2001, cuando se consolidaron con una propuesta en un género complejo para el público chileno: El metal.

Si a eso agregamos los sonidos autóctonos que les da un sello particular, ante una escena reticente a este tipo de apuestas, el carácter de la banda, partió con muchos peros en contra. Hoy, se la juegan por ser otra banda chilena que busca ser profeta fuera de su tierra.

DESDE 1997, CON STONENGHE, HACIA HUINCA

La base central de Huinca fue conformada por miembros de la disuelta Stonehenge, que cumplió  un ciclo. “Decidimos que debíamos reformularnos en el estilo y marcar una diferencia con los sonidos de las bandas internacionales. Eso sólo se podía dar a partir de lo local y los ritmos autóctonos”, explica Mauro -guitarrista y líder de la banda-, cuando habla de lo que los llevó a consolidar su propuesta, que quedó plasmada en su primer disco, titulado simplemente: Huinca.

El disco, con tres ediciones agotadas, de mil unidades cada una (la primera nacional, una estadounidense -canadiense, y una versión europea), recoge un concepto que pretende visibilizar la rebeldía -propia del rock. Reencontrando luchas que han demostrado su vigencia en el paso del tiempo. Y aunque en el mundo del metal, este tipo de ‘innovaciones’ que incluyen estos ritmos no son bien recibidas de buenas a primeras, la persistencia y potencia de la banda en escena logró su cometido.

Con el tema RUCA, por ejemplo, “como un huinca, que es lo que soy, siento admiración por los pueblos que resisten y han resistido. Pero no desde una trinchera combatiente. Es un llamado a un reconocimiento, porque no le puedo decir a la gente que vaya a tirar piedras si no lo hago yo primero” dice Contreras. “Es en forma de arenga. Me doy cuenta de la miseria en la que pretenden mantenerlos y desde ahí yo me integro a esa lucha. Aunque no me iría a vivir con ellos, me sumo desde mi ventana porque como dije, soy un huinca y seguiré siéndolo, sé que no seré reconocido por un mapuche como un hermano. Pero es inevitable sentir admiración por el único pueblo que nunca se ha rendido en América Latina, y siempre en desventaja”, argumenta.

En esa línea es que recogen el vocablo de la lengua mapuche para darle una perspectiva a su música, y desde allí se involucran también con ritmos nortinos altiplánicos y rapa nui, para darle una proyección a su metal, con un sonido propio y característico desde este lugar del mundo, llamado Chile.

ARGENTINA, BRASIL Y 8 MIL KILÓMETROS EN «VAN» POR EUROPA

El disco abrió las puertas para lo que ha sido, desde entonces, la apuesta de la banda: ¡Tocar, tocar y tocar! Comenzaron con recorridos locales, en el circuito santiaguino, luego fueron tanto al sur como al norte y recorrieron decenas de escenarios nacionales.

Después, el Cosquín Rock, de San Roque (Argentina), fue motivo para uno de los cinco viajes a terreno trasandino, donde han logrado un grupo de seguidores, especialmente en Córdoba y Mendoza. Luego Brasil, donde se quedaron 47 días, en 2005, meses antes de visitar por primera vez el viejo continente. Allí tocaron en el prestigioso Hangar 110, de Sao Paulo, reservado para los grandes, según afirman.

La primera de las dos giras a Europa, a Polonia en 2006, “fue positiva por el recibimiento del público y nos medimos en la calidad de nuestro sonido. Pero no tuvimos posibilidades de interactuar con los productores y promotores de los circuitos y auditorios. Eso no nos permitía autogestionarnos”, dice el también vocalista de la banda.

En la segunda gira, realizada en 2008, eso cambió. “Pudimos tener control sobre los sitios en que tocaríamos y directa relación con los encargados de producir los eventos. Tuvimos posibilidad, con esto, de relacionarnos sin intermediarios y de convertirnos en parte de los circuitos”, afirma Contreras. “Hicimos 8 mil kilómetros por Bélgica, Polonia, Alemania y Holanda en una ‘Van’” -camioneta cerrada-, relata Contreras. Viajaron al estilo de las viejas bandas de los 70, que iban de una ciudad a otra, tocando en bares y escenarios de diversas dimensiones e importancia.

Ahora, el líder de Huinca viajó a Alemania para consolidar esa apuesta y organizar el lanzamiento de su segundo disco.

LA GIRA 2010, COORDINANDO EL DESPEGUE

Mauro Contreras no apuesta a cosas pequeñas porque considera que su música lo amerita –también es el autor de las líricas de Huinca-. Dice que la banda está al nivel de Iron Maiden o Metallica, pero si se quedan en Chile nunca van a despegar. Y considera que otras bandas chilenas -como Criminal o Dorso- también lo están, “el asunto es que hay que creerse el cuento para lograr lo que se sueña”.

“La clave es: Location, location, location” (estar en el lugar adecuado a la hora adecuada, con las personas indicadas). “Hay que ir a donde nos puedan escuchar, porque es muy difícil que ellos vengan acá”, afirma el melenudo guitarrista.

Por eso, luego de los lazos generados en 2008, ahora se encuentra en Alemania cerrando los detalles de lo que será el circuito 2010 y concretando los pormenores del contrato de licencia y gestión del nuevo álbum, que saldrá también el próximo año.

El nuevo disco, que prevé once canciones, ya salió de grabación, y se han masterizado seis de los temas, con los que Contreras viajó en el bolsillo para cerrar el trato con el sello 100% Proof para la edición en Alemania, con la certeza de que se harán cargo de la edición Europa y el boocking.

LA GESTIÒN QUE EL ESTADO NO HACE

El tema es que consideramos que el Estado debe estar en la génesis del arte. Y cuando tienes un nivel ya puedes aspirar a que el Estado te vuelva a dar la mano. Pero en esa génesis está ausente: No hay escenarios, no hay espacios para tocar lo que se produce acá”, reflexiona el músico.

Y cierra su idea diciendo que “la cultura es la base de un pueblo. Y en un país donde la política nacional tiene mermada la cultura, como un adorno del concepto pueblo. Si eso no se ataca desde el Gobierno, cualquier política cultural son meros fuegos artificiales”.

“Los chilenos no valoramos lo nuestro y ese ya no es tema para nosotros. El asunto es gestionar los espacios para poder tocar en Japón si es necesario. Ahora, acá tocamos si se dan las condiciones solamente”, dice el Huinca. “Pero no es en onda de queja que lo decimos. En Europa, algunas personas también nos dijeron que teníamos trato privilegiado porque éramos una banda extranjera. Eso me llamó la atención porque en realidad la respuesta del público era más eufórica que con las nacionales. Éramos la novedad y eso pasa también acá. Lo novedoso es lo que viene de afuera y no lo que tienes a mano”.

César Baeza
Onda Corta
El Ciudadano


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano