“I love rumors! Facts can be so misleading, where rumors, true or false, are often revealing.”
– Cnel. Hans Landa (Personaje Ficticio de “Inglourious Basterds”)
Podría parecer off-topic comenzar un artículo de Mozart y Salieri con la cita de una película de Quentin Tarantino, pero no es tan descabellado si se entiende el contexto en el que Landa la emplea. Es cierto, los rumores siempre tienen cosas que ofrecer. Cabos sueltos con aparente relación entre sí que nunca terminan de tomar forma para otorgar una respuesta lógica a un suceso. Construir un caso a base de rumores no es un método precisamente científico, pero es mejor contar con un rumor a no contar con nada en lo absoluto; dicho lo anterior ¿Qué tienen que ver Mozart y Salieri con todo esto? La relación parece muy lejana hasta que en el horizonte aparecen las palabras “teoría conspirativa”. Se ha dicho que el gran Wolfgang Amadeus Mozart no murió de una enfermedad, sino a manos de su gran rival, Antonio Salieri; acusaciones que en su tiempo cobraron mucha fuerza no por el conflicto, más bien por la competencia que ambos tuvieron.
Los hechos: Antonio Salieri fue un compositor, director de orquesta y profesor de música nacido en Legnago (Vernona, Italia) en agosto de 1750. Se le conoce también como el maestro de Beethoven, Schubert y otros grandes cuyo talento le abrirían paso a la etapa del romanticismo en la música clásica, justo después de su muerte en mayo de 1825. Su infancia no fue privilegiada, sin embargo, al ser el más talentoso de sus hermanos, su madre permitió costear la salida de Antonio fuera de Legnago hasta Venecia para continuar estudiando música; después llegó a Viena, lugar en el que se estableció definitivamente. En dicha escena entró Mozart y escribió variaciones sobre la opera La fiera di Venezia escrita por Salieri, en busca de hacerse notar y llamar la atención de Antonio cuya figura ya era muy importante dentro de la música clásica en aquellos años.
Mozart, nació en enero de 1756, conocido también como el genio de Salzburgo estrenó El Rapto en el Serrallo. Salieri venía de unos años de trabajo muy importantes, iba poco a poco haciéndose un nombre en la música clásica y sin rival aparente; eso fue hasta que Mozart estrenó dicha obra y la popularidad que ésta le dio inició un enfrentamiento que vendría pareciéndose más a una guerra que a una simple riña con puños.
El ritmo de esta competencia era un auténtico “toma y dame” que exigió lo mejor de ambos compositores. Cada obra era un contra ataque hacía la última obra del otro; tan reñida y pareja fue la rivalidad entre los dos que se valían del mismo contexto emocional para la siguiente composición. Así ocurrió cuando Antonio estrenó Les Horaces, la siguiente obra de Mozart también le seguiría en el contexto, con la tragedia Don Giovanni.
Luego de la muerte del Emperador José II, un enmascarado le haría una encomienda al genio de Salzburgo, escribir una obra inspirada en la muerte de la esposa del conde de Walsegg,Réquiem en RE menor. Se deduce que el enmascarado era el mayordomo del conde y que después intentaría robarle la obra. Mozart escribió ésta, su última composición, en su lecho de muerte, por una enfermedad que hoy en día es conocida como una fiebre reumática. El de Salzburgo no era un genio para manejar sus finanzas y no tuvo una retribución monetaria importante acorde a su talento y popularidad en Europa; cosa que explica también la rivalidad entre ambos, pues Salieri, en Viena, era el maestro de capilla, lo que suponía a un oficio remunerado, pero Amadeus nunca logró destronar a Antonio en ese aspecto.
Hay películas como Amadeus (1984, Milos Forman) que cuentan una versión de la historia mucho más trágica de lo que en realidad fue, dándole cabida al mito del asesinato cometido por Salieri, quien se muestra como un vengativo competidor incapaz de superar a un Mozart destinado a la gloria eterna. Dicha película tiene como argumento el que Salieri viviera para ver su obra arropada poco a poco por el olvido mientras que la de Mozart brillaba más con el pasar de los años; ésto era un castigo divino por su envidia, pero en realidad no ocurrió así.
El rumor del asesinato se infundió a raíz de las visitas y asistencias económicas de Salieri en el lecho de muerte de Mozart. Al no tener para comprar medicinas, Antonio le ayudaría a comprar algunas, incluso a terminar alguna opera. Europa no podía creer que el rival abatido ayudase gentilmente a Amadeus, pero dichas sospechas estaban fundamentadas netamente en su rivalidad.
Mozart murió el 5 de diciembre de 1791, en Viena. Un funeral de clase muy pobre con pocos asistentes, entre ellos, Salieri. Un reconocimiento que no estuvo a la talla de la contribución artística de Amadeus, pero que se vio retribuido después en la historia. La realidad es que ambos se envidiaban y admiraban al mismo tiempo por las razones ya mencionadas. La competencia nunca llegó a ser tan sucia como la Europa morbosa de aquella época habría querido que fuera, aún así se desconoce si es por este rumor que los nombres de dos grandes músicos terminaron siendo eternos en la curva del tiempo.