La ganadora del Premio Pulitzer en 1961 por la novela Matar a un ruiseñor murió a los 89 años según comunicó el periódico Alabama Proud.
La novela por la que obtuvo el prestigioso premio fue llevada al año siguiente al cine por Robert Mulligan; protagonizada por Gregory Peck y ganadora de tres premios Oscar.
Durante la infancia de la novelista tuvo de amigo cercano al también escritor Truman Capote.
En el año 1956, se juntó con Truman Capote y empezó a trabajar como su asistente de búsqueda en la elaboración de un artículo para el prestigioso medio New Yorker que con el tiempo se convertiría en la pieza maestra A Sangre Fría.
Mientras cursaba su último año en la Universidad de Alabama en 1949 decidió trasladarse a Nueva York, ciudad que ejerció una fuerte influencia en su estilo. Allí estableció una importante relación con el compositor de Broadway Michael Martin Brown quien la financió y fue uno de sus soportes económicos.
La novela Matar un ruiseñor conserva rasgos autobiográficos de su vida y de integrantes de su familia junto con las historias que Capote contó a Lee de su infancia