Los peores discos de grandes bandas

Si el amor que le tenemos a una banda fuera similar al amor de un aficionado del futbol, a un mal disco se le podría llorar e incluso recordarlo como un mal trago, un error que se salió con control pero nada nos haría quitarnos la camiseta y estaríamos en el estadio cada temporada, angustiados […]

Los peores discos de grandes bandas

Autor: Jose Robredo

Si el amor que le tenemos a una banda fuera similar al amor de un aficionado del futbol, a un mal disco se le podría llorar e incluso recordarlo como un mal trago, un error que se salió con control pero nada nos haría quitarnos la camiseta y estaríamos en el estadio cada temporada, angustiados por nuestro equipo, pero nunca dudando de la playera.

Si el amor que se le tenemos a una banda fuera parecido al que le profesamos a nuestro novio (a),  una fea canción sería un defecto al que te acostumbras. No vas a terminar una relación por un defecto que puedes pasar por alto porque nadie es perfecto, pero cuando los tiempos son difíciles, estos incómodos detalles se amplifican como si viéramos el mundo a través de una lupa y es ahí cuando ese pequeño defecto es lo único que puedes recordar.

Se dice que para gozar la felicidad es necesario tener tiempos difíciles que nos hagan apreciar las delicias de la vida, pero cuando hablamos de música pocas veces pasamos por alto los errores de nuestras bandas favoritas porque nos lastiman los sentimientos y caen un peldaño en hacia el camino que nosotros mismos hemos marcado hacia lo que consideramos gloria.

Siempre se habla de “madurez musical” con un artista que lleva más de tres discos, es un viejo truco para decir que cambiaron su sonido, pero estos discos son el claro ejemplo de errores -casi- garrafales en la carrera de grandes bandas.
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Turn Blue – The Black Keys

Esta última placa -hasta ahora-  es su octavo trabajo de estudio, pero es el primera vez que ellos mismos se ven como artistas de otra categoría, lo cual, pocas veces es algo positivo. No han cambiaron radicalmente su sonido pero hay algo diferente, algo que no está bien. Siguen viéndose igual, pero son más sofisticados. Siguen cantando sobre las mismas cosas; de amor básicamente, porque Dan nunca ha sido un poeta, pero con otro tono. Implementaron algo que jamás esperamos de una banda sucia de garage: sintetizadores, música electrónica, sonidos disco y un tercer integrante, Danger Mouse que aunque en las sombras y su influencia fue invasiva y nos quitó al dúo que nos enloqueció con El Camino.

 The Shins – Port of Morrow
The Shins, siempre fueron una especie de lingote de oro brillante en el baúl de las bandas de indie-pop, incluso ellos tenían la capacidad de ser la definición misma de una agrupación “indie”. Aunque después de dos placas majestuosas, Oh, Inverted World y Chutes Too Narrow tal vez fue natural que se tropezaran en su tercer paso. Este disco se percibió como un intento de hacer tararear sus canciones a las masas o incluso volverse una banda con canciones bailables, error, gran error por el simple hecho de que, su encanto radicaba en canciones sencillas, sentimentales y que si bien no son pegajosas, sí pueden llegar a lo más profundo del alma.


R.E.M. –
Around the Sun

Se dice que este disco no sólo es considerado por los fans como el peor, sino que también para los integrantes de R.E.M. es algo que si pudieran borrar de su discografía lo harían. Algunas reseñas de ese año decían: “Es como si te apuntaran con un arma en la cabeza, le dieran play al disco y te obligaran a cantar”, así de mal recibido fue. Hay casos en los que, cuando se da a conocer una placa que no tiene las mejores opiniones, con el paso de los año se revalora el discurso y la calidad de trabajo, en esta ocasión han pasado poco más de 10 y no se ve que alguien quiera darle una nueva oportunidad como el hijo incomprendido de la agrupación.

David Bowie – Never Let Me Down

Never Let Me Down no es sólo el peor álbum en la carrera de David Bowie, es uno de los discos más lamentables en la carrera de un artista de la calidad del inglés. Quienes menos duros son al definir el material, dicen que es un mal experimento comenzando desde la portada, mientras que en la línea de sonido hay algo de producción industrial -con los que coqueteó Trent Reznor en los años noventa- pero sin sentido y sin objeto. “Bowie siempre tiene un as bajo la manga con la capacidad de dar álbumes exitosamente decepcionantes” dijo Steve Pond para la Rolling Stone. Aunque tengamos en cuenta que la década de los 80 fue una prueba artística y creativa para la mayoría de los grandes en la música moderna.

Magna Carta Holy Grail – Jay-Z

Cuando se anunció este disco y la forma de su estreno pensamos que sería como su título lo dice, el Santo Grial del hip hop y lamentablemente no fue así. Cada canción es totalmente carente de sentido, con colaboraciones que me brillantes pasaron a ser terribles y patéticas, vamos, ni la de Justin Timberlake se salvó. Todo el disco es en resumen como si Jay-Z tuviera la necesidad de decir cientos de cosas y las dijo todas al mismo tiempo, sin orden, coherencia y sin tener un mensaje claro para transmitir, intentó superar a Yeezus y resultó todo lo contrario.

 


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