Para la gran mayoría de la población los desperdicios tirados por las calles suelen ser un motivo de indignación y desprecio hacia los “guarros”. Para el norteamericano Tom Pfannerstill es todo lo contrario, pertenece a esa minoría que encuentra inspiración en las cosas más banales de la sociedad.
Parece que Tom ha dedicado su tiempo a pasear por las calles de su ciudad y recolectar desperdicios que le resultan de interés y los ha fotografiado. ¿Verdad?. En cierta medida sí; ha recolectado desperdicios para fijarse en ellos, pero para esculpir una fiel reproducción de los mismos en madera.
El resultado final no podría ser más impresionante.
Vía: OldSkull