El Museo Nacional de Bellas Artes presenta, por primera vez en la Argentina, una exposición de los grandes maestros mexicanos José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, integrada por obras que provienen de uno de los acervos más importantes de Latinoamérica: la colección del Museo de Arte Carrillo Gil, de México.
La muestra se despliega en dos grandes núcleos: «La exposición pendiente», del curador del Museo de Arte Carrillo Gil, Carlos Palacios, y «La conexión Sur», a cargo de Cristina Rossi. En el primero, se expone una selección de 76 obras que formaron parte de «Orozco, Rivera y Siqueiros. Pintura mexicana», la muestra organizada por el museógrafo mexicano Fernando Gamboa que debió inaugurarse en Santiago de Chile el 13 de septiembre de 1973, y que fue cancelada dos días antes de su apertura al público, en medio de la convulsión provocada por el golpe militar de Augusto Pinochet. Embaladas nuevamente, las piezas lograron ser preservadas y viajaron en avión hacia México, acompañadas por el embajador de ese país en Chile.
Este primer núcleo abarca un período histórico que recorre desde las primeras décadas del siglo XX hasta 1973, cuando el quiebre del sistema democrático chileno impidió la presentación de la muestra e imprimió este episodio sobre las obras de la Colección Carrillo Gil. Recuperado por la investigación y curaduría de Carlos Palacios, este hecho forma parte de «La exposición pendiente», que finalmente tuvo lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, entre noviembre de 2015 y febrero de 2016.
Denominado «La conexión Sur», el segundo núcleo registra la trama de intercambios que tejieron los tres maestros mexicanos con el medio y los artistas argentinos. Aquí podrán verse pinturas, dibujos, esculturas, grabados, bocetos y documentación de acciones realizados por Antonio Berni, Carlos Alonso, Lino Enea Spilimbergo, Juan Carlos Romero, Diana Dowek, Juan Carlos Distéfano, Demetrio Urruchúa y Juan Carlos Castagnino, entre otros. A partir de estos trabajos, se propone abrir un espacio para repensar tanto las inquietudes compartidas como la densidad de la trama sobre la que los artistas latinoamericanos continuaron grabando sus propias respuestas estéticas.
Este acercamiento reaviva las coincidencias y divergencias en las interpretaciones frente a la realidad de los años 30 y 40, mientras que la simbolización de los conflictos de los años 60 y 70 subraya la voluntad de acción de quienes no han distinguido entre la censura, la represión o las desapariciones que ocurrieron en cualquiera de nuestros países. La posibilidad de reponer la trama histórica devuelve a estas obras su poder de intervención sobre aquella realidad y, en el presente, abre un espacio para la elaboración de nuestra memoria aún herida.
«Esta muestra posee un significado que trasciende largamente el ámbito de las artes, pues algo de reparación, de justicia histórica, tiene el hecho de poder asistir al despliegue del más alto imaginario pictórico de México a cuatro décadas de la interdicción de su versión original por parte de la dictadura de Pinochet», sostiene Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes. «Presentarla hoy en nuestro país nos permite interrogar esas poderosas visiones bajo la pregunta por el devenir de las artes y de los pueblos latinoamericanos en un nuevo contexto histórico de cara al siglo XXI», completa.
«Orozco, Rivera, Siqueiros. La exposición pendiente» y «La conexión Sur» se llevará a cabo en el pabellón de exposiciones temporarias del Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473, Ciudad de Buenos Aires), desde el 3 de mayo al 7 de agosto de 2016. Se podrá visitar de martes a viernes de 12:30 a 20:30, y sábados y domingos de 9:30 a 20:30, con entrada libre y gratuita.