Otra vez Labarca: el enigma de los Módulos y su foto meando la tumba de Borges

Eduardo Labarca publicó hace unos días su última obra, titulada El enigma de los Módulos

Otra vez Labarca: el enigma de los Módulos y su foto meando la tumba de Borges

Autor: Director

Eduardo Labarca publicó hace unos días su última obra, titulada El enigma de los Módulos. En la portada aparece una foto de él meando sobre la tumba de Borges.

Su estrategia para lograr figuración inmerecida e impertinente es sistemática y sensacionalista..

Al parecer, fue concibiéndola cuando vivía en Moscú, en los primeros años de la dictadura chilena, y escribió el diario apócrifo del asesinado general Prats, primer opositor a Pinochet.

Años después, en su novela Cadáver Tuerto, confesó haberlo hecho.

Al poco tiempo publicó una biografía sexual de Salvador Allende.

Y ahora, con «El Enigma de los Módulos» , «homenajea» a Borges.

Parece que, lejos de lograr que se advierta siquiera la existencia de sus documentadas obras, y menos que se vendan, con esa estrategia no ha logrado mitigar la indiferencia que suscitan y ha conseguido que se le reconozca, personalmente, como un importuno, un metiche, digamos, de nombradía internacional y poco valor literario.

Ahora está, temerariamente, en Argentina, promoviendo su «enigma», que es en verdad el de cómo pretende ganar adeptos y lectores con estratagemas que serían meramente bobas si no fueran insolentes y megalómanas. Dice que le copió la idea a Sartre, que meó la tumba de Chauteabriand; «Se me prendió la ampolleta y quise hacer lo mismo pero con un doble sentido», dijo a la publicación argentina Perfil.com, agregando que «cada escritor tiene que sacar de sí mismo lo original. No puede ser un escritor borgiano o, nerudiano o ser seguidor de Gabriel García Márquez. Son figuras que nos han marcado mucho pero tenemos que negar», y que su meada sobre la tumba de Borges «tiene dos significados: homenaje al maestro y repudio al (Borges) ciudadano».

A la pregunta de si no creía que alguien se fuera a ofender, respondió: «¿Quién se va a ofender? Si se ofenden es porque tienen una visión muy corta, no creo que se ofendan. Borges como escritor fue un gigante pero como ciudadano yo lo desprecio absolutamente. Estando anciano, casi ciego, se vino a Chile a saludar al dictador (Augusto) Pinochet en los días en que estaba matando. Espero que la familia se tome el asunto con humor borgiano».

No resulta convincente. Borges era de derecha, pero como «ciudadano», bastante noble. Poco después de terminar la dictadura argentina reconoció públicamente que la había defendido, pero dijo que «la democracia me ha refutado espléndidamente». Labarca, en cambio, ha sido públicamente cuestionado, incluso por antiguos correligionarios, a causa de su notorio y sigiloso acercamiento a la derecha.

En cuanto a su expectativa de que los parientes de Borges tomen su «acto» con «humor borgiano», más bien les parecerá una insolencia insignificante.

Por Marcelo Volpone


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