Se exhibe con éxito en las salas de cine del país centroamericano
Honduras es el tercer productor de café en Latinoamérica y el quinto en el mundo. La aromática bebida es el primer producto de exportación de esa nación centroamericana y sus ventas en el exterior en el último año de cosecha, según fuentes oficiales y pese a los bajos precios en el mercado internacional, rondaron los 1.000 millones de dólares.
Esta actividad socioproductiva y sus principales protagonistas: los caficultores, se convirtieron en fuente de inspiración del cineasta hondureño Carlos Membreño, quien busca mostrar en su más reciente película titulada “Café con sabor a mi tierra” el sacrificio que hay detrás de cada taza de café.
“Es un proyecto que dignifica el trabajo de los productores, viene a exponer el arduo trabajo que desempeñan, el lado humano detrás de la taza de café que se consume no solo en Honduras sino a nivel mundial”, expresó el director de la obra, que fue grabada en seis comunidades caficultoras de Honduras, lo mismo que en Tortosa, España, y Bremen, Alemania.
La sensibilidad de Membreño hacia el tema nació de su propia experiencia. Su familia vivió siempre de la producción de café, pero la roya que ataca las plantaciones de ese grano los abatió tanto, que terminaron dedicándose a la ganadería y a la siembra de maíz, informó una nota de la agencia EFE publicada por el diario La Tribuna.
A Membreño le ha impactado mucho ver cómo un grano tan pequeño genera tanto movimiento económico para las familias caficultoras y toda la cadena comercializadora del café, en la que el más afectado es el productor, por la mala paga que recibe.
En medio de su ignorancia sobre el tema agregó que después de la película nunca ha valorado tanto el café que él, su familia y el pueblo hondureño han tomado en su vida.
Rodando la película conoció “el lado humano que hay detrás de cada taza de café hondureño”, de ahí que sea un homenaje a los más de 100.000 pequeños caficultores que manejan esa actividad en Honduras.
El filme se está proyectando con éxito en los principales cines de su país, a cargo de Sin Fronteras Estudios.
Es la quinta película de Carlos Membreño desde que saltó a la pantalla grande con “Loca navidad catracha (hondureña)”, la que en su opinión ha sido, hasta ahora, la más exitosa y su preferida.
La temática de “Café con sabor a mi tierra” es la superación, mostrando en la pantalla ejemplos de situaciones reales que viven los productores, como la destrucción de sus fincas a causa de la roya y otras plagas, que han llevado a muchos de ellos a la ruina.
La película muestra los dos mundos de los productores, la de uno pequeño marcado por las adversidades, que estuvo a punto de perder su finca y su casa por las deudas con un banco, y la de una familia que ha crecido, que tiene una producción enorme, que “ya no pone los huevos en una sola canasta, sino que ha diversificado su finca”.
“Entonces, vemos la contraparte de una familia exitosa, peleas internas entre caficultores al momento de la caída de precios del café en el mercado internacional y cuando son abatidos por enfermedades como la roya que ataca a la plantación”, dijo Membreño.
Pero además de las peleas internas, los productores se ven muy afectados por las dificultades económicas de las familias, las que se agravan con la derivación de otros conflictos.
Otro aspecto relevante es el empoderamiento de la mujer en la caficultura, desempeñando un gran trabajo que a veces pareciera ser invisible, además de sus otras obligaciones en la casa.
“También vemos que a pesar de todos los problemas, con fe y determinación podemos salir adelante”, recalcó Membreño, quien a los doce años comenzó a tener contacto con la televisión local y después se fue abriendo puertas que le llevaron a trabajar en varios canales, producir documentales y cortometrajes, hasta dedicarse de lleno a la producción de cine desde hace cinco años.
Sus otras tres producciones son “Loco verano catracho”, secuela de “Loca navidad catracha”; “Amores de película” y “La jaula”.
Las escenas grabadas en Bremen, Alemania, son del “desembarque del café más puro del mundo, que procede de Corquín, Copán (occidente de Honduras), que es transportado en un barco velero que pasa por casi todo el mundo recogiendo alimentos orgánicos”.
“En Tortosa, España, se grabó el consumo, cómo el extranjero valora y disfruta, degusta esa taza tan aromática que proviene de las manos de nuestros caficultores”, enfatizó Membreño.