La palabra desarticulada, el valor gráfico de una letra, la democratización de la ruptura en poesía, el Letrismo, el Zaum y una infinidad de movimientos y variables de tipo históricas, experimentales, teóricas y humanas construyen un sentido frente a los distintos resultados que ha tenido la poesía a lo largo de su historia. Porque ese sentido que trasciende los canales del habla cotidiana, -que se comprende ese silencio de su plasticidad a través de la contemplación-, es eminentemente una práctica dotada de autores que hicieron del ejercicio literario una experiencia en el arte y la visualidad. Poetas tan relevantes como Haroldo de Campos (Brasil) o más atrás Isidore Isou (Rumanía) que dilataba las vocales, más atrás Stéphane Mallarmé (Francia), más adelante Brossa (España), Dick Higgins (Gran Bretaña) o Clemente Padín (Uruguay), -por solo nombrar algunos- construyeron ese efecto político, plástico y literario. Continúa pues con la poesía crítica de Sergio Pinto Briones (Chile) y otra cantidad de poetas visuales chilenos y no. Y Deissler, no olvidemos. Y Nicanor. Y la vigencia de la escena mundial.
– Sergio, ¿Cómo te inicias en esto de la poesía experimental?
Siempre sentí fascinación por la poesía de las vanguardias históricas, Huidobro, los surrealistas, los dadaístas, la patafísica, el lenguaje de las rupturas. Yo venía, como poeta, de la poesía discursiva sin embargo, quise ir al campo de la visualidad, por lo que he intentado ahondar desde allí, sobre todo que es un campo que aún falta por explorar y eso es algo que no me deja de incomodar y cuestionar. El poeta no debe ser sólo el lector de biblioteca, debe salir a la calle, debe ir a descubrir, a caerse, errar y levantarse con la puesta en marcha del lenguaje del futuro, con una mirada humilde, y mirando siempre al pasado, la tradición.
-¿En qué soportes y formatos desarrollas tu trabajo de poesía?
Principalmente el collage, el dibujo, la pintura y con el computador, como herramienta. Hace un tiempo estoy en la practica de llevar la poesía visual concreta al campo del videoarte. Entre esas piezas, hay una que he realizado con la colaboración musical de Ramuntcho Matta, hijo de Roberto y hermano de Gordon Matta-Clark. Me interesa esa unión del sonido con la palabra, o, incluso, el silencio como paisaje sonoro, con las letras y los símbolos fuera del ámbito del libro.
-¿Eres político?
No, soy crítico, vale decir utilizo una poesía de la conciencia, muchas veces. No se puede vivir fuera de los problemas, de la contingencia. La poesía está allí para denunciar, aunque intento no ser muy evidente, panfletario con el mensaje. En lo simbólico está mi lenguaje, con una mirada supra-real que pisa la tierra de vez en cuando, ya que como dijo André Bretón en su manifiesto de 1924: “la existencia está en otra parte”.
-La Revista Canibaal…
Es una publicación española que ha sido muy gratificante realizarla. La hicimos entre unos amigos, casi como una banda de rock, donde nos reíamos bastante; y me metí como director literario, porque estaba el poeta y pintor Aldo Alcota, integrante del grupo Derrame, con quien, al igual que yo, chileno y periodista, vivió temporadas en París, y compartíamos amistades con artistas y escritores importantes del continente europeo y americano, y gracias a ello se pudo hacer, creo, una revista de peso literario y artístico sobre todo con inéditos.
-Cuéntanos de tu rol como editor, algunas experiencias…
Más bien mi trabajo como editor, es de un facilitador, de ver lo que yo quisiera leer, concretado lo antes posible. Mis relaciones con las editoriales grandes de España han sido asesorar y publicar a autores sobre todo a latinoamericanos, la literatura que más me interesa en estos momentos. Allí está Ariana Harwicz, Alejandro Zambra, Rodrigo Rey Rosa, Julián Herbert, los Infrarrealistas/ Hora Zero, Dante Trujillo, etc., etc., y ahora en mente quiero hacer una antología de poesía chilena con la editorial Pre-Textos. Tarea ardua por todo lo que conlleva hacerla con los poetas vivos.
-Has presentado a Raúl Zurita, has hablado de Parra en el extranjero ¿cómo y desde dónde te relacionas con estos poetas?
Me relaciono como un nacido en un territorio que goza intelectualmente y vitalmente con la tradición poética chilena esté donde esté. Me fascina de ellos, además de sus registros poéticos muy distintos, de cómo han incursionado en la visualidad. Ellos son culpables, como poetas vivos, de una gran explosión en mi cabeza, de ahí que también hago difusión, con mucho gusto en el exterior, de sus libros a través de conferencias y presentaciones.
-¿Y cómo ves la escena de la poesía visual chilena?
Me alegra mucho. Cuando me fui de Chile, el 2005, los “nuevos” poetas visuales, estábamos todos esparcidos, no había un corpus claro, como lo es ahora, por ejemplo, el Foro de Escritores o el trabajo de Daniel Madrid a través de su editorial y sus publicaciones. Recuerdo que a comienzos del 2000, yo era un estudiante del Magíster de Literatura en la Universidad de Chile, y les comentaba a mis compañeros y profesores que yo hacía además poesía visual, y me miraban todos raros, como si viniera de otro planeta. Ahora, por suerte, la situación ha cambiado un poco. Actualmente, desde el extranjero, es gratificante escuchar que hay gente que conoce los “Artefactos” de Parra, además de los antipoemas, como también el trabajo de Juan Luis Martínez. Hace poco estuvo en España Martín Gubbins y me alegró saber que algunas personas, sin ninguna conexión entre ellas, ya conocía su trabajo sonoro y visual aquí, incluso él viviendo muy lejos, en Chile.
-Sabemos que ahora vienes de regreso al país ají, estuviste casi once años en España (Barcelona, Madrid y Valencia.) ¿Qué planes traes en la maleta?
Primero instalarme, tarea nada fácil, y disfrutar el paisaje urbano y rural no como alguien que anda de paso, sino como alguien que viene, que regresa y echa de menos las huellas. Vengo con ideas, con ganas de hacer cosas. Seguiré con la poesía visual, de todas maneras. También me encantaría terminar dos manuscritos que voy en proceso de cerrar: uno de poesía neobarroca y otro, una novela; proyectos que me tienen muy sumergido y sin prisa por publicar.
-Un poco de tu último libro De Facto (2013)
Es un libro de poesía donde he intentando llevar la poesía discursiva al campo de la visualidad, sobre todo en el terreno de la poesía visual concreta. Allí ahondo en las palabras y los símbolos, muchos de ellos, creados, a la espera de ser desvelados por el lector, y para ello tomo una cita de Cirlot: “mi poesía es un esfuerzo por encontrar el umbral de la ultrarrealidad”.
Por Pía Sommer
*vía e-mail
Editora Arte y Cultura El Ciudadano