¿Tocó Chico Trujillo? ¿A qué hora toca la Banda Conmoción? Preguntas como esas se repetían mucho en la puerta del Centro Cultural Michoacán en La Reina. Y las respuestas eran claras y simples: “Chico no va a tocar y la Conmoción tampoco. Algunos integrantes de esas bandas y de otras tocarán mezclados en bandas que se han armado para la ocasión, para experimentar con la sonoridad de la cumbia”. La respuesta parecía cumplir con las expectativas de los asistentes ya que todos ingresaron, vieron y se quedaron disfrutando de una tarde-noche que se armó desde la improvisación.
Idea esta última que tuvo su génesis en la presencia en Santiago del músico holandés Dick El Demasiado, quien ha generado experiencias similares en Buenos Aires, Bogotá, Ciudad de México y en Europa, y que llegó a estas tierras invitado por Aldo Asenjo, vocalista de La Floripondio y Chico Trujillo, y quien logró que bajo un formato distinto músicos de diversa calaña se presentaran bajo nombres inventados y divertidos como “Don andes teta roja”, “Los carajos del tercer milenio” y “Mami dulce”.
Lo que se desplegó en esa jornada tuvo mucho de juego, de liberarse, de dejarse llevar por una propuesta fresca y distendida, donde músicos como Camilo Salinas y Cuti Aste rompieron los fuegos para mostrar toda su facilidad de interpretación y de asumir diversos instrumentos para ir colgando pequeñas y largas interpretaciones que fueron endilgando el camino que tendría el primer Festicumex de Santiago. Así también lo fueron haciendo cada uno de los que se subió al escenario y que en los días previos fue conociendo la idea de Dick y tratando de entender que no se trataba de nada tan cerebral, sino de algo mucho más libre y emotivo, como lo trataba de explicar su gestor.
Pero no sólo tuvo esa riqueza en lo musical y en mostrar que la cumbia, esa que tanto se ha vilipendiado y que muchos califican de rasca, tiene cultores y expresiones que muchos no imaginan, sino que el Festicumex permitió también que los músicos compartieran entre ellos, sus visiones, sus ideas, y a la vez estuvieran ahí disponibles para todos, para preguntar, para conversar y para tomarse un trago o una cerveza en el calor de enero.
El cierre arriba y bajo el escenario permite pensar en más jornadas como éstas, bajo el signo de la cumbia o con otros ritmos, tal como ocurrió cuando “Los catarata seca” cerraron la noche, y permitieron que ese holandés errante armado de dos micrófonos, junto al bajo de Tocori Berrú y la percusión de Cristián “Huevo” Sanhueza, evidenciaran que la cumbia es algo que nutre mucho y que tiene espacio para todos y todo.
¿Cuándo y dónde fue?
Miércoles 6 de enero
Centro Cultural Michoacán
Lynch Norte 164
2.000 pesos
Onda Corta
El Ciudadano