La película que cambió la historia del cine, de acuerdo a algunos críticos del Sétimo Arte, Psicosis —Psycho en su título original en inglés—, del cineasta británico Alfred Hitchcock, cumplió en este mes de junio 60 años de haber sido rodada.
Se estrenó en Estados Unidos el 16 de junio de 1960. Fue dirigida por el reconocido director, a quien se le acuña haber refundado los géneros de suspenso y thriller psicológico.
Hitchcock brindó piezas fundamentales al cine de suspenso como “La ventana indiscreta” (1954), “Vértigo” (1958) y “Marnie” (1964), entre otras, pero fue “Psicosis” la que terminó por consolidar su reputación internacional.
Basada en la novela homónima del escritor estadounidense Robert Bloch, “Psicosis” llevó al mundo del cine sugerencias sexuales y violencia explícita en un tiempo donde ambos elementos estaban prohibidos, según ha explicado el curador de cine británico Michael Brooke.
Protagonizada por Anthony Perkins en el papel de Norman Bates y Janet Leigh como Marion Crane, el filme tiene entre sus escenas una de las más reconocidas de la historia del cine.
La escena de la ducha tomó una semana de filmación, y Hitchcock optó por filmar la película en blanco y negro precisamente para evitar la censura que la sangre roja de ese fragmento hubiera significado para la época, según ha indicado Robert Clarke en su libro “Story of the Scene”.
La muerte de Marion Crane a manos de Bates también fue toda una revolución en la forma de hacer largometrajes.
Según explicó Aglaia Berlutti al portal Hipertextual, «no solo se trató de un prodigio de edición —o como el mismo Hitchcock llegó a llamarle “ensamblaje”—, sino una reflexión sobre el lenguaje cinematográfico desde una dimensión por completo nueva».
Hitchcock explicó que decidió que la muerte de Marion “tuviera algo de impresionista”, por lo que construyó una secuencia basada en pequeños trozos de película: una imagen de la cabeza, seguida de la mano, partes del torso, sombras de cortina, la ducha en sí.
De hecho, la escena entera — que tiene una duración de 45 segundos — tiene 78 piezas de metraje distinto, algo desconcertante para la época.