La melancolía es uno de esos sentimientos que no obedecen a alguna situación en particular; a diferencia del amor o el odio, no necesariamente necesita de un suceso específico para ser detonado (aunque estos quizá tampoco pues existen personas que parecen amar, odiar, temer, etcétera, en todo momento), pero la diferencia recae en que ser una mente y un cuerpo melancólicos incluso se pueden considerar una condena para la existencia que se disfruta desde el mero momento de nacer, contrario a otros modos de sentir que se limitan exclusivamente a sus momentos de aparición.
Las personas que viven de tal manera generalmente no pueden dar explicación de su sentir o de su actuar debido a que, constantemente y sin razón aparente, añoran cosas que ni siquiera han vivido, les conmueve cualquier detalle de la naturaleza, extrañan a personas con una fuerza casi destructiva o ven la realidad con ojos más grises que los de cualquiera; sin embargo, esto no quita que lleguen a amar o a ser felices de acuerdo a sus posibilidades y particulares formas de vista.
Fuente: Cultura Colectiva