«¿Estás ahí, Yin?»: La locura florece en Vicuña 

Dirigida por Cristián Plana, la obra es casi un monólogo de Marcelo Alonso, cuya actuación destaca por su intensidad al interpretar a un profesor rural obsesionado con rescatar a Yin Yin, hijo de Gabriela Mistral, del infierno.

«¿Estás ahí, Yin?»: La locura florece en Vicuña 

Autor: El Ciudadano

Por Lola Zavala

“¿Estás ahí, Yin?” Es una obra basada en el texto homónimo de Cristián Geisse y protagonizada por Marcelo Alonso. Narra la obsesión de un profesor de Vicuña con el hijo de Gabriela Mistral, Juan Miguel Godoy Mendoza, conocido como “Yin-Yin”.

Dirigida por Cristián Plana, la obra es casi un monólogo de Marcelo Alonso, cuya actuación destaca por su intensidad al interpretar a un profesor rural obsesionado con rescatar a Yin Yin del infierno.

En la penumbra, Alonso emerge desde una esquina del escenario, sosteniendo una botella de cerveza que bebe mientras aparecen los primeros destellos de su locura y también esa fascinación por el joven que se suicidó con arsénico.

Tras esa primera escena, aparecen dos actores que representan a estudiantes dominicanos, los que simbolizan la representación del inconsciente del profesor que, en su paranoia, los ve como causantes del bullying que llevó a Yin Yin al suicidio en Petrópolis, Brasil.

Más adelante, sobre una roca, el actor principal parece declamar versos de Gabriela Mistral -¿eran realmente versos de la Premio Nobel?-, dedicados a la maternidad. Es una transmutación del cuerpo de mujer: el querer sentir y desear como una madre que pierde a su hijo. 

Alonso lleva la tensión de su personaje al punto del colapso. Grita, convulsiona, delira. ¿Cómo entender a este jóven que habita la literatura de una poetisa de su tierra? ¿Por qué desea rescatar a Yin Yin? ¿Qué busca en él?

Aunque la propuesta escénica es simple, una roca basta para situarnos en la ruralidad de Vicuña, ciudad inmersa en el valle del Elqui. Las luces y el juego con las sombras son destacables, generan una atmósfera misteriosa que se aprovecha muy bien en cada escena. 

A pesar de estar pendiente durante los 110 minutos que dura la obra, por momentos el guión se vuelve algo confuso, quizás reiterativo, y podría dar la impresión de haberse extendido solo para destacar la indiscutible calidad de la actuación de Alonso. 


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