Pocos libros se movieron de manera subterránea, clandestina, de boca en boca, como un secreto a viva voz, como Teoría King Kong de Virginie Despentes, originalmente publicado en 2006.
En Argentina, algo que se replicó en otros países sudamericanos, el libro empezó a circular a través de ediciones piratas, archivos digitales compartidos de manera gratuita en Internet, libros encuadernados artesanalmente y vendidos en ferias autogestionadas. En todo debate donde el feminismo y la cuestión de género aparecía, no falta quien haga referencia al libro de la escritora y cineasta francesa, recomendando su lectura. Ahora, ese manifiesto feminista es un best seller que se consigue en todas las librerías y publicado por un grupo internacional.
En primer lugar, el libro empieza con una propuesta más que seductora: Teoría King Kong está escrito para todas las mujeres que no encajan en el ideal del actual sistema, así como también para “los hombres que no tienen ganas de proteger, para los querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no saben pelearse, los que lloran con facilidad, los que no son ambiciosos, ni competitivos, los que no la tienen grande, ni son agresivos (…) los que prefieren ocuparse de la casa antes que ir a trabajar (…), los que tienen ganas de que les den por culo, los que no quieren que nadie cuente con ellos, los que tienen miedo por la noche cuando están solos”. Algo que, en definitiva, constituye toda una decisión política.
Escrito a partir de la propia vida y experiencia de la escritora y cineasta francesa, Virginie Despentes hace un recorrido de su desembarco en el feminismo a partir del propio hacer: ir a un colegio mixto, tener una vida sexual deprejuiciada desde la adolescencia, tomar la píldora anticonceptiva a partir de los 14 años, ser violada cuando hacía dedo en la ruta, volver a hacer dedo en la ruta, ser prostituta, publicar libros en un ambiente literario machista, empezar a conocer la fama.
En esa dirección, confiesa: “Durante años, estuve a millones de kilómetros del feminismo, no por falta de solidaridad o de conciencia, sino porque, durante mucho tiempo, ser del sexo femenino no me impedía gran cosa. Como tenía ganas de vivir una vida de hombre, he vivido una vida de hombre”.
A contracorriente de muchos prejuicios -basados en la ignorancia o el temor al cambio- que se tienen sobre el feminismo, en Teoría King Kong hay un llamado abierto a todas las personas que quieran participar de la revolución de los géneros, un paso clave para cualquier victoria feminista. Claro que siempre con las mujeres y los géneros no hegemónicos a la cabeza.
Otorgar a los cuerpos mayores libertades, desaprender y cuestionar conductas aprendidas, rescatar lo femenino en el hombre heterosexual y lo masculino en la mujer heterosexual, abre las puertas no solo a pensar la lucha feminista, sino también la lucha contra el sistema capitalista actual. Sentencia Despentes al respecto: “El capitalismo es una religión igualitarista, puesto que nos somete a todos y nos lleva a todos a sentirnos atrapados, como lo están todas las mujeres”.
Presos y presas de ese sistema, pasan siglos donde las mujeres se entregan a ser tratadas como objetos en relaciones matrimoniales, a adecuarse sin ningún tipo de deseo a vidas en las que nunca van a tener la chance de alzar la voz. Como contrapartida, los hombres que se creen poderosos en esa relación, terminan siendo cuerpos reducidos a mercancía de intercambio de guerras y empresas. Todo esto, señala Despentes, en gran parte por la constante exaltación de la virilidad y feminidad, esa lógica binara que aprendemos desde los primeros días de vida.