Dice la nota de prensa que la nueva publicación de la agrupación nacional “viene a cerrar un imaginario primer capítulo en su vida musical”. La sola mezcla de ideas que surgen de esa frase es suficiente para darle toda una mirada al disco. Primero la idea de cerrar, cuando lo más claro es este caso, y en lo que la banda ha mostrado en sus discos anteriores “The Ganjas”, “Fuma y mira”, “Laydown” y “Daybreak” es expandir, es abrir su trabajo a nuevas ideas, a ese permanente experimentar en sonidos, en conceptos y en ampliar la creación que han desarrollado.
Luego la otra idea de “imaginario primer capítulo”. Otra frase que se debe observar al pie de le letra, como gusta decirse. Ya que esto si calza más con la concepción de imaginar, de construir un imaginario, de rescatar de cada trabajo anterior esos temas que por separado o en sus discos originales son un constructo particular, pero que ahora en esta nueva amalgama, son un nuevo todo que no sólo es un primer capítulo, sino una mirada que permite encontrar matices similares y las diferencias, como lo refleja el tema que le da el nombre al disco (This is the time), donde la banda acelera levemente sus tiempos, manteniendo en parte la cadencia y lo onírico de las voces.
El trabajo parece en realidad un disco para aprender a apreciar las luminosidades y destellos que asoman en los pasajes oscuros del presente; sobre buscar la otra ojeada que uno le puede encontrar a las cosas; sobre la compleja construcción que hacen los seres humanos de sus días y sus relaciones; y más. Así como también un paseo por las sonoridades diversas y similares que se construyen desde ese rock psicodélico, que en “Out from heaven” hace que las guitarras se escuche meciéndose nasales y tranquilas, y la batería dando un fondo que rebota y rebota hasta el final, algo que la voz también completa. O lo que ocurre al cruzar la lentitud de “Laydown”, donde todo se nutre de una mágica serenidad, con la pieza de apertura “Darkisde”, donde uno apenas nota la densidad del cuerpo, pero no desde la sutileza, sino desde el ubicarse en una perspectiva y en una gravedad que quitan piso y peso, y terminan por envolver.
Bajo esta mirada y otras que se le puedan entregar el disco adquiere una consistencia -azarosa o intencionada es la pregunta- en este punto de transición, de espera temporal, de momento de reflexión, y se convierte en la mejor reivindicación de una labor muy defendible. El disco no deja de ser complejo en las lecturas que permite y debe comprender, y sobretodo en su concepción de capítulo final de algo, aunque más bien es un disco para refugiarse y construir desde él.
Temas: 01. Darkside. 02. Sonic redemption. 03. Alondra. 04. Let’s go to the beach. 05. Cure. 06. La lluvia no quiere caer. 07. Pelusón. 08. Smokin’ Louise. 09. This is the time. 10. Frio ni calor. 11. Out from heaven. 12. Laydown. 13. Riot dub. 14. Dance hall. 15. The sun is shining.
Músicos: Aldo Benincasa (batería); Rafael Astaburuaga (bajo y voz); Samuel Maquieira (guitarra y voz); Miguel Montenegro (guitarra); Alvaro Gomez (congas y maracas); Rodrigo Astaburuaga (guitarra); y Luis Felipe Saavedra (teclados).
The Ganjas
This is the time 2002-2007
Algo Records/Oveja Negra
(P) 2008
www.myspace.com/theganjas
Por Jordi Berenguer